Imagen de la operación.

Cae una red internacional especializada en asaltos violentos a narcotraficantes

La operación se salda con 30 detenciones y 29 registros, en los que se han intervenido 2.600 kilos de hachís, más de 60.000 euros y seis pistolas

colpisa / afp

Lunes, 14 de marzo 2016, 09:50

La Guardia Civil ha desarticulado una organización criminal especializada en asaltos violentos a narcotraficantes en la operación 'Florence', desarrollada en las provincias de Cádiz, Barcelona, Málaga y Huelva. Se ha detenido a 30 personas (21 de ellas de nacionalidad marroquí, ocho españolas y una senegalesa) ... y se han investigado a otras cinco personas más. Asimismo, se han realizado 29 registros domiciliarios donde se han intervenidos 2.600 kilogramos de hachís, 16 vehículos, más de 60.000 euros en efectivo, seis pistolas municionadas y en disposición de ser utilizadas, teléfonos móviles y abundante documentación.

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La primera fase de la operación se inició en verano del 2015 a raíz de una serie de asaltos violentos que sufrieron tres personas relacionadas con el mundo del narcotráfico y que en principio no parecían tener nexo de unión, ya que se habían cometido en las provincias de Cádiz y Barcelona. Posteriormente, se pudo constatar que en ambos casos los asaltantes se habían hecho pasar por miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, empleando extrema violencia, armas de fuego, anagramas, distintivos y prendas policiales, por lo que se sospechó que podrían encontrarse ante un mismo grupo organizado con fuerte entrenamiento y experiencia criminal consolidada.

Droga robada a cambio de armas de fuego

A partir de esta investigación, se pudo determinar que la organización tenía conexiones internacionales con otras organizaciones en Marruecos para introducir en los alijos de hachís dispositivos de seguimiento por satélite y así ubicar las partidas de droga que se introducían en la península.

Posteriormente, procedían al robo de la droga haciéndose pasar por miembros de las Fuerzas de Seguridad. Asimismo, no dudaban en secuestrar y torturar a sus víctimas para exigirles información relativa a ciertos alijos de hachís. Una vez que la organización tenía el hachís en su poder mantenía los contactos necesarios con otras organizaciones de narcotraficantes en Francia para cambiar la droga por armas cortas y munición, lo que les hacía aumentar su capacidad operativa.

Durante la investigación, los agentes han podido constatar la comisión de 25 asaltos violentos. La operación continúa abierta por lo que no se descartan nuevas detenciones.

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