Vega de Valdetronco, un rincón de los Torozos con historia y calidad de vida

En Vega de Valdetronco, el pasado y el presente conviven en perfecta armonía. Se encuentra en el corazón del Valle Hornija, en las estribaciones de los Montes Torozos y a pie de la autovía A-6. Ha sido testigo de importantes episodios de nuestra historia, como cuando servía de frontera entre los reinos de Castilla y León o la Guerra de las Comunidades de 1521. De hecho, la gran batalla de Villalar se libró a pocos kilómetros de allí. En 1759, según el 'Itinerario Real de las Carreras de Postas', la localidad era una de las paradas en la ruta de Madrid a Galicia. Siglos después, sigue siendo hito de otras rutas históricas, tales como el Camino de Santiago del Sureste y la Ruta de Miguel Delibes.

Vega de Valdetronco ha albergado industrias singulares. A mediados del siglo pasado, hubo varias fábricas de aventadoras y trillos, que aprovechaban las piedras de pedernal de la zona para construir los aperos. Pero su producto más conocido fue el 'Blanco España', un barro blanquísimo que era muy apreciado para encalar las paredes y que se extraía de las cuestas. Se comercializó en todos los rincones del país, lo que dio origen al dicho: «El barro de Vega, que un burro lo trae y ciento lo llevan».

Si de algo están orgullosos los vecinos de este pueblo es de su iglesia de San Miguel Arcángel. Construida en piedra y ladrillo, esta joya del barroco es una pequeña réplica de la catedral Vich, de la que fue obispo Monseñor Bartolomé Sarmentero, hijo ilustre de la villa. Con la intención de verla lucir en todo su esplendor, la corporación se ha preocupado de restaurar su fachada, su tejado y su torre.

Otro de los símbolos de la localidad es la ermita de Nuestra Señora de Canteces, cuyas ruinas dominan el paisaje desde la autovía. Está incluida en la Lista Roja de Patrimonio debido a su avanzado estado de deterioro. Antaño fue camposanto, de hecho, todavía alberga en su interior sepulturas centenarias. Su esqueleto, con sus arcos desnudos, resultan impresionantes.

El pueblo dispone de un bar social y de un albergue de peregrinos que el consistorio puso en marcha en las antiguas escuelas para dar servicio a aquellos que realizan el Camino de Santiago del Sureste. Este flujo de viajeros impulsa la economía local y anima también la vida social de Vega de Valdetronco. El pueblo está muy cuidado, con todas sus infraestructuras renovadas, lo mismo que el alcantarillado, el depósito del agua, el alumbrado público y la pavimentación de calles. Todo, para dar una mayor calidad de vida a los vecinos.

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