Compromiso en la lucha contra la despoblación en Barruelo del Valle

La despoblación del medio rural es desde hace años un problema acuciante al que nadie parece poder ponerle freno. Los defensores de la vida en el pueblo tratan de divulgar las ventajas que ofrecen los entornos tranquilos y rodeados de naturaleza como es el caso del municipio vallisoletano de Barruelo del Valle. La lucha no es fácil pero desde el consistorio no están dispuestos a tirar la toalla, para ello trabajan en introducir mejoras en los servicios de los que se benefician los cincuenta y dos vecinos empadronados: consultorio médico, pistas deportivas y telecentro. Un local polivalente hace las veces de bar que abre con la colaboración de los vecinos que mantienen este lugar como punto de encuentro. Además, en colaboración con la Diputación de Valladolid se sigue apostando por apoyar la venta ambulante. Una iniciativa que soluciona la demanda de panadería, frutería, carnicería o zapatero. Barruelo del Valle lucha por mantener la actividad en estas tierras que pertenecen a la comarca de los Montes Torozos. La espinita clavada, como reivindica el primer edil, es poder dar un servicio completo con la fibra pendiente de instalación, «a pesar de mis continuas llamadas e intentos no terminan de darme una solución, pero seguiremos intentándolo».

En Barruelo del Valle sus fiestas tradicionales y eventos tienen como punto de encuentro la iglesia de San Pelayo y la Ermita de la Virgen de Villahudor. En Pascuas de Resurrección tiene sus fiestas durante dos días, domingo y lunes. El 2 de junio conmemoran el 'Día de la Rogativa', una jornada en la que la tradición se mantiene con el recorrido a la ermita para posteriormente sacar en procesión las imágenes. Coincidiendo también con la temporada estival, cuando regresan muchos de los vecinos que residen habitualmente fuera, el pueblo ve cómo se incrementa su población.

Otro de los días marcados en el calendario local es el 26 de junio, cuando tiene lugar la fiesta en honor a su patrón, San Pelayo, santo al que está dedicada la parroquia.

La iglesia de San Pelayo se localiza a la entrada del pueblo, es la construcción más relevante, realizada en piedra del municipio y a partir de ahí se abre un camino que llega hasta la colina desde donde se aprecia una buena panorámica del castillo de Torrelobatón y se puede contemplar la ermita en honor a su patrona la Virgen de Villahudar.

Por otro lado, otra de las festividades destacadas tiene lugar el último domingo de septiembre con las fiestas de El Ofrecimiento, un día de diversión y alegría coincidiendo con la despedida del verano.