Municipalismo 360
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Lara Arias
Martes, 22 de abril 2025, 19:26
Ubicado en el corazón de la Tierra de Campos Palentina, Frómista no es solo un enclave histórico de primer orden, sino también un lugar ideal para vivir, combinando la tranquilidad del mundo rural con muchas de las comodidades propias de las capitales. A través de su eslogan 'Frómista, todos los caminos', el municipio hace honor a su privilegiada situación como cruce de caminos entre la historia, la naturaleza y la modernidad.
Frómista se encuentra estratégicamente conectado por las carreteras nacionales A-67 y N-611, así como por las provinciales P-430, P-431, P-434 y P-980. Además, cuenta con una estación de tren de Renfe que facilita la movilidad diaria, tanto para desplazarse a la capital de la provincia como para disfrutar de escapadas a la costa o cualquier otro destino del norte peninsular. Esta excelente red de comunicaciones ha convertido a la villa en una opción cada vez más valorada para quienes buscan una vida más tranquila sin renunciar a la conexión con el resto del país y demás servicios de una manera ágil y cómoda.
Además de ser una importante parada en el Camino de Santiago, Frómista también está atravesado por la ruta del Camino Lebaniego y por el emblemático Canal de Castilla. Este cruce de caminos ha forjado una identidad propia que se identifica por ser hospitalaria y abierta, que se refleja en el día a día del municipio, tanto en su oferta turística como en la calidez de sus vecinos.
El origen del slogan 'Frómista, todos los caminos' nace de este conglomerado de distintos caminos que se unen en el mismo lugar, Frómista.
Lejos del bullicio urbano, Frómista ofrece un entorno saludable y limpio, con escasa contaminación ambiental y acústica. Aunque la falta de industria puede verse como una carencia económica, también se traduce en una mejor calidad de vida. El aire es más puro, el ambiente más tranquilo y el estrés, sencillamente, pasa de largo, no tiene lugar en la localidad.
En cuanto a servicios, Frómista cuenta con prácticamente todo lo necesario para cubrir las necesidades básicas de sus habitantes. Un aspecto importante y muy valorado es que su Centro de Salud está operativo las 24 horas del día durante todo el año, con atención médica de lunes a viernes por la mañana y servicio de urgencias el resto del tiempo. Además, dispone de farmacia, evitando así desplazamientos para la adquisición de medicamentos.
Para las compras del día a día, la localidad está bien equipada: supermercados, panaderías, carnicería y pescadería aseguran una alimentación variada y accesible. Y para completar los servicios esenciales, el pueblo cuenta con entidades bancarias, oficina de correos, gasolinera y otros establecimientos fundamentales, especialmente valiosos en un contexto rural donde la población, en su mayoría de edad avanzada, valora enormemente la cercanía y accesibilidad de estos recursos.
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El deporte y el ocio también tienen un lugar destacado en la vida diaria de Frómista. La localidad dispone de un pabellón cubierto y un polideportivo con instalaciones para tenis, pádel, frontón, fútbol, balonmano y baloncesto. Durante los calurosos meses de verano, la piscina municipal se convierte en un punto de encuentro y disfrute imprescindible para residentes y visitantes. Es uno de esos puntos por los que pasa la vida en el deseado periodo estival.
Frómista alberga el mayor conjunto de esclusas del Canal de Castilla, de la 17 a la 20, que salvan un desnivel de más de 14 metros. La casa del esclusero es hoy punto de información turística y desde aquí parte el barco Juan de Homar, que ofrece paseos hasta Boadilla del Camino, con el objetivo de dinamizar este espacio. También destacan el acueducto sobre el Ucieza, restos de la antigua fábrica de harinas y dos arquetas de riego históricas lo que convierten al municipio en el corazón hidráulico de estas infraestructura tan destacada.
El turismo, tanto por el interés cultural como religioso, es otra de las señas de identidad del pueblo. Lugares como la iglesia de San Martín de Tours, bautizada como la joya del románico; el Museo Parroquial, el espacio interpretativo Vestigia y, por supuesto, el Canal de Castilla, atraen a miles de visitantes cada año.
La infraestructura turística, compuesta por alojamientos, bares y restaurantes, no solo garantiza una estancia cómoda a los viajeros, sino que también representa una amplia oferta de ocio y gastronomía para los propios vecinos. El necesario espacio para el divertimento.
Pero si hay algo que realmente define a Frómista, es su gente. Amables, cercanos y siempre dispuestos a tender una mano, los fromisteños constituyen el alma del municipio. En un mundo que a menudo va demasiado rápido, aquí todavía se conservan valores como la hospitalidad, la convivencia y el sentido de comunidad.
En este sentido, desde el Ayuntamiento de Frómista apuestan por este plan y esta estrategia: un lugar donde vivir en paz, pero con todos los servicios de la ciudad. Además, este enclave tierrracampiño está rodeado de historia, naturaleza y sus vecinos, que «abren las puertas de sus casas a todos aquellos que vienen». Una apuesta por una vida más plena y pausada y que cada vez se hace más necesaria.
Vivir en Frómista es, en definitiva, apostar por un presente tranquilo con raíces profundas y un futuro prometedor. Un rincón de Tierra de Campos donde todos los caminos, y todos los sueños parecen encontrar su sitio y donde se invita a que cualquiera pueda cumplirlos.
Es para mí un orgullo poder hablar de nuestro pueblo no solo como un destino histórico o una parada obligada en el Camino de Santiago, sino como un lugar ideal para vivir. En Frómista nos gusta decir que «todos los caminos llevan aquí», y no es solo un lema turístico: es una declaración de lo que somos. Nos encontramos en pleno corazón de la Tierra de Campos Palentina, donde confluyen el Camino de Santiago, el Lebaniego y el Canal de Castilla. A eso se suma una excelente red de carreteras y estación de tren, que nos conectan fácilmente con la capital, la costa y cualquier punto del país.
Pero más allá de nuestra ubicación estratégica e impresionante patrimonio, Frómista es un lugar para vivir con calidad. Aquí se respira aire puro, no sufrimos la contaminación de las grandes ciudades y disfrutamos de un entorno tranquilo, donde el tiempo parece ir más despacio, algo así como un lugar que pone en pausa nuestra ajetreada vida. Además, somos conscientes del papel clave que juega el turismo en nuestro desarrollo, y por eso cuidamos cada detalle para que quienes nos visitan se sientan como en casa. Pero también queremos que se planteen algo más: ¿y si en lugar de pasar, se quedaran? Sabemos que hay muchas personas, jóvenes y mayores, que buscan un cambio de vida, alejarse del estrés, encontrar un entorno seguro para criar a sus hijos o disfrutar de una jubilación tranquila. En Frómista eso es posible, y desde el Ayuntamiento estamos trabajando para facilitarlo: mejorando servicios, apostando por el mantenimiento del patrimonio y promoviendo la convivencia.
Sabemos que vivir en un entorno rural plantea retos, pero trabajamos cada día para que no falte de nada, todo ello sin renunciar al trato humano, cercano, que solo se encuentra en los pueblos. Frómista también es hospitalidad. Nuestra gente es abierta, amable y acogedora.
Nuestro compromiso es claro: seguir construyendo un Frómista vivo, acogedor y con futuro. Y eso solo se logra atrayendo a nuevas familias, apoyando a quienes ya viven aquí y manteniendo esa identidad nuestra, basada en el respeto, la cercanía y la colaboración. Queremos que quien llegue sienta que ha encontrado un hogar. Porque vivir en Frómista no es solo habitar un lugar bonito, es formar parte de una comunidad que te cuida y te acoge desde el primer día. Aquí, todos los caminos llevan a una vida mejor.
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José A. González, Sara I. Belled y Cristina Cándido
Borja Crespo y Lidia Carvajal
Clara Alba y Lidia Carvajal
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