Seat garantiza su futuro de la mano de Cupra

Una vez sacadas de contexto y de proporción, tanto el presidente de Seat, Wayne Griffiths, como el propio Schäfer se han lanzado a desmentir tajantemente la desaparición del emblema español.

«Queremos seguir ofreciendo coches híbridos enchufables y de bajo consumo hasta el final de la era de combustión», sentenció posteriormente en un encuentro con los medios.

Seat había sido un punto problemático para el Grupo Volkswagen, porque no había encontrado unos resultados que justificasen su continuidad, pero eso cambió en 2022. «La marca hizo un trabajo fenomenal el año pasado», afirmó Schäfer, «y este año lo están haciendo muy bien, esa es mi prioridad».

«¿Es necesario ser la marca más vendida de un mercado? No lo tengo tan claro, puede que sea una cuestión de ego. La clave es tener un negocio sólido, estable y rentable». En lo que va de año, Seat acumula 199.000 entregas, un 18% más que hace un año.

Para el consorcio alemán, la española «sigue siendo muy competitiva con los Ibiza, Arona y León» y están estudiando una actualización que les permita seguir ofreciendo estos modelos «hasta que la normativa lo permita».

Teniendo en cuenta que un ciclo vital de un automóvil moderno está en torno a los ocho años, lanzar un restyling a mediados de esta década podría garantizar su relevancia hasta que Bruselas imponga sus criterios medioambientales.

Sin embargo, la electrificación es algo que se cierne en el horizonte y Seat no ha presentado ningún plan de modelos cero emisiones, salvo vehículos de movilidad personal como la moto eléctrica Mó.

«Seat como nombre no desaparecerá, pero habrá que encontrarle un rol diferente», sentenció Schäfer, por lo que parece apuntar a que, una vez desaparezcan los motores de combustión, la micromovilidad podría ser el futuro de la marca. Sin embargo, hasta que eso ocurra, los coches seguirán portando su emblema.