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Unai Mezcua
Madrid
Jueves, 11 de marzo 2021
Ahora, cuando su coche sale del concesionario, lo hace con unas características técnicas difíciles de cambiar. En el futuro, sin embargo, podrá decidir si quiere mejorar su potencia, autonomía o disfrutar de funciones de conducción autónoma avanzada para un viaje o durante un determinado período ... de tiempo. Será así gracias a las denominadas «funciones bajo demanda», una fórmula introducida en el sector automovilístico por Tesla, a la que ahora se han sumado Audi, BMW o Volkswagen, y que ya está empezando a implantarse a gran escala en ámbitos como la navegación conectada.
«La movilidad electrificada era solo el principio, la verdadera disrupción está aún por llegar», según Ralf Brandstätter, consejero delegado de la marca Volkswagen. Bajo el nuevo plan estratégico 'Accelerate', la marca quiere obtener beneficios durante toda la vida útil del vehículo, y no solo en su venta, mediante actualizaciones periódicas que «cada doce semanas transformarán la experiencia de uso», a partir del verano de este mismo año. Este sistema permitiría costes de acceso a un vehículo más asequibles, que se incrementarían según las necesidades -y la capacidad de pago- de los compradores en cada momento.
Los vehículos eléctricos serán pieza clave en esta estrategia, dado que sus mecánicas, más sencillas, permiten modificar el rendimiento del motor o la eficiencia mediante las actualizaciones inalámbricas u OTA (del inglés «Over the air»), idénticas a las que periódicamente mejoran el sóftware del teléfono móvil. BMW, por ejemplo, invertirá «cantidades de triple dígito» hasta 2025, con el objetivo de revolucionar su modelo de ventas. Los clientes podrán personalizar el proceso de compra del vehículo y adquirir nuevas funciones con éste ya en carretera, como activar la asistencia avanzada a la conducción, acceder al sistema de sonido avanzado o mejorar la suspensión. «Habrá opciones que los consumidores podrán actualizar, y vamos a incrementar el número de opcionales que se podrán incluir en los vehículos», según explicó su responsable de Clientes y Ventas, Pieter Nota, en un encuentro telemático en el que participó ABC. Podrán hacerlo además de forma permanente o limitada, por ejemplo para un viaje concreto o para un período determinado de uso del vehículo, en el caso de un modelo de 'renting' o 'leasing'. Todo esto abrirá un nuevo mercado que, según el grupo, será «altamente rentable» en los próximos años y permitirá al cliente satisfacer mucho mejor sus necesidades individuales de movilidad.
Este nuevo modelo empezará a implantarse con el lanzamiento, a lo largo de este año, de sus nuevos eléctricos iX e i4. Los planes del grupo pasan además por doblar su oferta de modelos eléctricos y enchufables de los 13 actuales a 25 en 2023, de los cuales la mitad serán cien por cien eléctricos. También el proceso de configuración del vehículo sufrirá una transformación, para permitir al comprador personalizar su vehículo desde la fábrica y tener el control hasta la recepción del mismo en su propio domicilio, si así lo desea. Y se podrá incluso ir más allá: «Los datos nos permitirán conocer mejor que nunca los deseos y preferencias de los clientes», aseguró Nota. En el caso de Volkswagen, las futuras generaciones de vehículos se producirán con un número de versiones mucho más reducido. La configuración individual ya no se determinará mediante el hardware con la compra del vehículo. «En vez de eso, el vehículo lo tendrá virtualmente todo a bordo, y los clientes podrán añadir las funciones deseadas, sobre demanda y en cualquier momento, a través del ecosistema digital del vehículo. Esto reducirá significativamente la complejidad de la producción», explican.
La marca asentará su futuro en la venta de vehículos eléctricos y electrificados, pero también en el software, con el objetivo de convertirse en un proveedor de servicios de movilidad basados en los datos. Cada 12 semanas, el nuevo departamento ID.Digital de Volkswagen distribuirá una nueva actualización a los modelos de su gama eléctrica ID fabricados desde el pasado 8 de marzo (cuando se les empezó a instalar la centralita necesaria). Este sistema también permitirá compensar la mayor depreciación de los vehículos eléctricos debido al vertiginoso avance en elementos clave, como sus baterías.
«Esto garantizará que todos los vehículos de la gama ID entregados se mantengan al mismo nivel de software que los automóviles nuevos durante todo su ciclo de vida. Las actualizaciones inalámbricas «Over-the-Air» también serán la nueva normalidad en los automóviles del futuro. Gracias a éstas, durante los próximos años podremos mantener todos los modelos de la gama ID. que entreguemos al mismo nivel de software que los automóviles nuevos», según Thomas Ulbrich, responsable de Desarrollo Técnico del Comité Ejecutivo de Volkswagen. Más adelante, prevé lanzar un servicio de conducción autónoma bajo demanda destinado a un público masivo «y no sólo a unos pocos», afirmó el directivo. En tan solo dos años, la marca espera tener 500.000 vehículos conectados en la carretera, cuyos conductores disfrutarán de mejoras actualizadas de forma frecuente. Más adelante, en 2026, la marca quiere comercializar un modelo de nueva generación, Trinity, fabricado en Wolfsburgo. Estará equipado de serie con tecnología autónoma de nivel 2+, capaz de ser actualizado a nivel 4 en el futuro, lo que permitiría a los usuarios desentenderse de la conducción. «Vender seis millones de vehículos dará a la compañía la masa crítica necesaria para escalar la conducción autónoma. Volkswagen será la marca que lo lidere para todo el grupo, estableciendo una red neural de vehículos conectados que se intercambian datos», según Brandstätter.
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