Santiago de Garnica Cortezo
Sábado, 26 de octubre 2024, 10:00
No es «Goldfinger» (1964) la única película de James Bond donde aparece un Rolls. hay una decena más, pero si es una aparición muy especial. El Rolls-Royce Phantom III Sedanca de Ville de 1937 utilizado es tanto el cómplice perfecto para su villano, Auric ... Goldfinger, pero también una verdadera pieza histórica que ocupa un lugar especial en la historia de la marca: fue el último automóvil desarrollado personalmente por el ingeniero Sir Henry Royce, y fundador de la marca, junto a Charles Rolls.
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Basada en la novela homónima de Ian Fleming de 1959, «Goldfinger es la tercera película de la saga Bond y la primera de las cuatro dirigidas por Chico Hamilton. Protagonizada por Sean Connery, como Bond, y en el papel del «malo» nos encontramos al actor Gert Fröbe.
Fröbe interpreta al villano Auric Goldfinger, que con su chofer Oddjob (interpretado por Toshiyuki Sakata), viaja a través de Europa en un espectacular Rolls-Royce Phantom III Sedanca de Ville, del año 1937. Y no se trata de un viaje de placer.
En efecto, lcarrocería de este automóvil esconde un secreto: está hecha de dos toneladas de oro macizo de 18 quilates, que Goldfinger transporta de forma clandestina desde Inglaterra, a través del continente y del desafiante Paso de Furka, hacia Suiza. Una vez instalado de forma segura en la sede de Auric Enterprises, desmonta el Rolls, fundiendo los paneles de la carrocería en lingotes de oro. Y tras montar la carrocería original, vuelve con su automóvil a Inglaterra pará repetir la operación de contrabando.
El plan maestro de Goldfinger, llamado «Operación Grand Slam», no se conforma con esta operación, es más ambicioso: planea irradiar el oro almacenado en el depósito de lingotes de Fort Knox con un dispositivo atómico, dejándolo sin valor y elevando el valor de sus propias reservas a la estratosfera.
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La elección de Goldfinger de un Phantom III para su contrabando de oro es tan brillante como el metal precioso que lo atrae. Sus generosas proporciones permiten ocultar una cantidad significativa de contrabando, y el «peso divino» del oro no obstaculizaría en gran medida el rendimiento de este potente automóvil, incluso en las exigentes carreteras alpinas. El Phantom III fue el primer Rolls-Royce con motor V12 de la historia, produciendo 165 CV con su motor de 7,3 litros, un aumento del 37,5% en potencia respecto a su predecesor, el Phantom II de 120 CV de potencia.
El Phantom III fue también el último automóvil desarrollado por el propio Henry Royce, antes de su muerte en 1933. Incluye una serie de innovaciones que habrían mejorado enormemente esos viajes de contrabando para Goldfinger. Su sistema de suspensión incorpora amortiguadores hidráulicos totalmente ajustables que se pueden controlar desde el asiento del conductor, lo que permite a Oddjob ajustar la conducción en función de si el automóvil iba cargado o no.
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El automóvil específico utilizado por Goldfinger está equipado con una carrocería «Sedanca de Ville» (también denominada Town Car) abierta por delante y cerrada por detrás, obra de los carroceros Barker. Su imponente presencia lleva al propio James Bond a comentar: «Es una belleza... Phantom III del 37, ¿no?», mientras Oddjob carga el característico palo de golf dorado de Goldfinger y el paraguas de arlequín en el maletero a la salida de Stoke Park, la urbanización deportiva privada donde Bond los conoce por primera vez.
El Phantom III de Goldfinger lleva la matrícula «AU 1», una referencia al símbolo químico del oro en la tabla periódica de los elementos. Aunque esta era una elección obvia para los cineastas, su designación tiene orígenes más simples. AU era el código de matrícula británico original que indicaba que un automóvil se había registrado en Nottingham y AU 1 se emitió en 1901 para uno de los primeros vehículos de la zona.
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Antes de su papel en la película, este Phantom III fue encargado originalmente para Huttleston Rogers Broughton, nacido en Estados Unidos, que se instaló en Inglaterra y se convirtió en el primer Lord Fairhaven, un título inusual pues se refiere a la ciudad norteamericana de Fairhaven. Desafiando las convenciones de la época, estaba pintado casi en su totalidad de negro, incluidas todas las carcasas de las luces, los parachoques, los discos de las ruedas e incluso el marco del espejo retrovisor. Incluía una línea de carrocería blanca, que resaltaba los lados y la parte superior del capó, y las persianas cromadas del radiador estaban pulidas con chorro de arena para un acabado más discreto. Los instrumentos incluían medidas imperiales y métricas, como las que utilizaría Lord Fairhaven en las carreteras de Gran Bretaña y Europa continental. El acabado característico del automóvil, en dos tonos amarillo y negro, se aplicó después para su aparición en Goldfinger.
«Esto es oro, Sr. Bond. Toda mi vida, he estado enamorado de su color, su brillo, su pesadez divina», explicaba en el film Auric Goldfinger, al agente secreto.
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Pero, incluso sin oro, es imposible no rendirse ante la belleza de este Phantom III.
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