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Un diseño de formas aerodinámicas, que incluye los faros integrados P.F.
El misterioso Hoffman X-8

El misterioso Hoffman X-8

En el mundo del automóvil hay historias propias de una novela de misterio. Este es el caso del Hoffman experimental de 1935, el X-8, un aerodinámico y sorprendentemente innovador modelo, una pieza única y fascinante que ha permanecido prácticamente oculta durante décadas

Santiago de Garnica Cortezo

Viernes, 21 de julio 2023, 16:00

Estamos a finales del SXIX. Lawrence Fisher regenta un comercio de coches y carretas de caballos en Norwalk (Ohio). Lawrence y su esposa Margaret tienen once hijos de los que siete son hombres. Entre 1904 y 1905, Fred y Charles, los dos mayores, se van ... a Detroit donde su tío Albert Fisher es, desde 1880, dueño de la empresa Standard Wagon Works. Los dos hermanos entran a trabajar en la C.R. Wilson Company, un fabricante de carretas que se ha iniciado en la construcción de carrocerías para automóviles. Es así como Fred Fisher realiza la carrocería del Cadillac Osceola, el coche personal de Henry M. Leland, el fundador de la marca.

En 1908, los dos hermanos dan un paso más y crean la Fisher Body Company. Se han dado cuenta que para el naciente mundo del automóvil ya no sirve adaptar carrocerías de coches de caballos, las vibraciones de los motores las deterioran rápidamente. Hacen falta carrocerías específicas y nuevas técnicas de fabricación. Dos años después son proveedores de todas las carrocerías cerradas de Cadillac y también de Buick.

En 1913, Fisher produce 100 000 carrocerías al año y es proveedora de Ford, Krit, Chalmers, Cadillac y Studebaker. Se convierte así en el mayor fabricante de carrocerías de automóviles a nivel mundial. En 1916, se reorganizan creando la Fisher Body Corporation. Su capacidad de producción anual sube hasta las 370 000 carrocerías, y sus clientes aumentan. En su apogeo, la empresa (a la que ya se habían unido William, Lawrence, Edward y Alfred Fisher, hermanos de Fred y Charles) emplea a más de 100 000 trabajadores en 40 plantas, incluida la Fisher Body 21 diseñada por Albert Kahn en Piquette Ave. En 1919, los hermanos venden el 60 % de la empresa a General Motors y en 1926 el 40% restante.

Y es aquí cuando, en el mayor de los secretos, se gesta la historia de nuestro protagonista. Los Fisher planean comprar la famosa Hudson Motor Company. Los Fisher pensaban que necesitaban un automóvil de última generación para posicionarlos a la vanguardia de la industria del automóvil cara a hacerse con el control de Hudson. Y crearon la Norwalk Corporation, así bautizada en honor a la ciudad natal de los Fisher, una compañía con sede en Detroit que les serviría para explorar sus posibilidades.

Un diseñador diferente

Buscaban algo diferente y para ello recurrieron a un diseñador, ingeniero y constructor de automóviles, excéntrico pero innovador: Roscoe C. «Rod» Hoffman. Se trataba de un personaje fascinante, un verdadero visionario del automóvil, contrario a la tradicional arquitectura de los automóviles de la época (motor delantero y propulsión trasera). Como consultor independiente, tenía patentes en una configuración de tracción delantera similar a la utilizada en el Cord de 1929, y trabajó para fabricantes en numerosos proyectos de vanguardia, como un Packard de tracción delantera en la década de 1930, y también en un prototipo de tracción delantera para Marmon. Desarrolló patentes para configuraciones inusuales de (desde el motor montado en la parte trasera hasta la tracción delantera, la tracción en las cuatro ruedas y el motor central), años antes de que fueran exploradas o adoptadas por los principales fabricantes de automóviles. Sus diseños, de hecho, le valieron el apodo de «Rear-Engine Hoffman» entre sus contemporáneos.

Cuando se le pidió que ideara algo totalmente nuevo, los Fisher juramentaron con Hoffman respetar el secreto total sobre su trabajo. El automóvil resultante sería bastante espectacular: un sedán aerodinámico con carrocería de acero con una forma de gota de agua y faros delanteros integrados en la carrocería, muy en línea con la corriente Streamline.

La disposición de todo atrás, motor y propulsión, muy querida por Hoffman P.F.

El desarrollo

Poco se sabe con certeza sobre cómo se construyó: Hoffman cumplió su palabra y se llevó a la tumba muchos de los secretos de su trabajo. Se cree que la carrocería fue realizada por el propio Hoffman. Se desconoce a quién contrató para construir el motor de ocho cilindros en «X», a 60 grados, de válvulas en cabeza refrigerado por agua, así como la transmisión. Y tampoco se sabe cómo pudo ensamblar el automóvil en secreto y en Detroit, justo debajo de las narices del resto de los grandes de la industria del automóvil estadounidense. Sin embargo, Hoffman parecía experto en mantener secretos: hasta el día de su muerte, nunca le dijo a nadie quién encargó el automóvil ni ninguno de los detalles de su construcción. Otro aspecto llamativo es que el X-8 se fabricó con un nivel de calidad y detalles en los acabados sorprendente para un prototipo. De hecho, noventa años después todo sigue funcionando.

Ford también trabajó en esta idea de un «X 8» (en realidad eran dos V4 unidos), pero esto no quita ningún mérito al motor del Hoffman, con soluciones inéditas y toda una hazaña de ingeniería para una operación tan pequeña. Aquel motor nada convencional, que propulsaba las ruedas traseras a través de una transmisión manual de tres velocidades, estaba ubicado entre el asiento trasero y el eje posterior. El coche era, por tanto, un todo atrás, arquitectura poco seguida en aquellos años.

Llama la atención, en un prototipo, el cuidado de los acabados P.F.

Años oculto

La compra de Hudson por parte de los Fisher nunca se materializó, y su automóvil permaneció en manos de Hoffman, completamente oculto a la vista de extraños. En los años sesenta se lo regala al famoso diseñador Brooks Stevens, con el que había colaborado en el desarrollo del curioso Paxton Phoenix con motor de vapor, a principios de los cincuenta. A partir de entonces, el X-8 permaneció en manos la familia Stevens durante décadas. Incluso a la muerte del diseñador, si bien vendieron muchos vehículos de la colección, la familia conservó el Hoffman que, a parte de un repintado de su gris metalizado original a azul Packard que ordenó Stevens, se mantuvo tal como lo terminó su creador.

El X-8 pasó a su propietario actual a principios de la década de 2010, quien investigó a fondo el automóvil, descubrió alguna información nueva y exhibió el automóvil al público. Hace un tiempo, los nuevos propietarios de la mansión de Charles Fisher encontraron en la bóveda de la misma algunos dibujos de un automóvil aerodinámico y planos de un motor radial que podrían corresponder al Hoffman.

Aunque se abran las puertas de par en par, el Hoffman de 1935 oculta muchos misterios P.F.

Este automóvil fascinante y atípico, ha sido exhibido con gran éxito en numerosos eventos de concurso de alto nivel en los Estados Unidos, incluidos Pebble Beach y el Concours d'Elegance of America. La creación de Hoffman también ha ganado el prestigioso «National Automotive Heritage Award» (Premio Nacional de Herencia Automotriz) de la Historic Vehicle Association (Asociación de Vehículos Históricos), honor otorgado solo a automóviles seleccionados que se consideran de particular importancia para la historia automotriz estadounidense.

Más información

En septiembre de 2023, será exhibido en Europa, en el Reino Unido, una oportunidad verdaderamente especial para saborear este automóvil significativo e innovador con una historia por descubrir.

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