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Vehículo autónomo Zoox de Amazon
El Covid y la falta de normativa frenan el coche autónomo

El Covid y la falta de normativa frenan el coche autónomo

La falta de normativa amenaza con dejar a Europa, una vez más, rezagada. Waymo, filial de Google, ya ha empezado a efectuar viajes sin conductor en Estados Unidos -y a cobrar por ellos-, al igual que AutoX, en Shenzen (China)

Unai Mezcua

Lunes, 1 de febrero 2021, 01:56

El coche autónomo, que se prometía unos felices años 20, puede que tenga que esperar un poco más. La caída de las ventas de vehículos por culpa del coronavirus, unido al incremento de la presión para electrificar el parque móvil , hará que este tipo de ... vehículos no empiecen a despegar al menos hasta 2035, cuando antes se esperaban para esta década.

Para entonces, las ventas de coches en la fase más avanzada de autonomía, o nivel 5, en los tres principales mercados mundiales -UE, China y EE.UU.-, no llegarán al 1% del total, y las de vehículos en nivel 4 se situarán en torno al 15%, en Europa y China, y en el 2% en Estados Unidos. Eso es al menos lo que asegura un informe de la consultora PwC, que apunta a que las automovilísticas tienen otras prioridades. Y es que la caída de las ventas, unido al ingente volumen de recursos necesarios para desarrollar nuevos modelos eléctricos y electrificados, han trasladado la carrera por la conducción autónoma a un segundo plano.

Más allá de los fabricantes automovilísticos, empresas de movilidad como Uber (que igualmente había apostado fuerte por desarrollar esta tecnología), también han tenido que hacer frente a un descomunal impacto económico por la pandemia. La tecnológica ha vendido su filial la start-up, Aurora, con la que, dice, continuará colaborando.

Un interior a la altura

El coche del futuro purificará el aire, mostrará imágenes en tres dimensiones y sabrá hasta el estado de salud del conductor y de los pasajeros. Así lo adelanta el grupo español Antolín, uno de los principales fabricantes de interiores a nivel mundial, en su Concept Car Virtual para el CES 2021.

«Hemos cambiado de prioridad», aseguraba hace unos meses Ola Källenius, CEO de Daimler (matriz de Mercedes), preguntado por la conducción autónoma. La automovilística centrará sus esfuerzos en conducción autónoma para la división de camiones, en la que prevé una mayor rentabilidad. Pese a todo, ha demostrado las capacidades de esta tecnología, siempre que los administradores de infraestructuras y los reguladores pongan de su parte. En su propia ciudad natal, Stuttgart, junto a la vecina Bosch, ha adaptado el parking de su museo y del aeropuerto de la ciudad. En ellos el nuevo Clase S puede aparcar de forma completamente automática.

Y es que también, y en gran medida, está pesando la falta de una infraestructura adecuada y de una legislación preparada para una tecnología que, por lo que trasladan los fabricantes, no está tan lejos en el plano técnico. Además de Mercedes, otro ejemplo es el Traffic Jam Pilot de Audi para el A8, que aún estando listo para la producción -permitiendo circular de forma autónoma hasta 60 por hora- finalmente no pudo saltar a las carreteras.

La falta de normativa amenaza con dejar a Europa, una vez más, rezagada. Waymo, filial de Google, ya ha empezado a efectuar viajes sin conductor en Estados Unidos -y a cobrar por ellos-, al igual que AutoX, en Shenzen (China). «Existen ya en el mercado soluciones que no se pueden aplicar en Europa por la legislación», afirma Juan Antonio Relaño, de Bosch España. En su opinión, «cada vez vamos a un coche con un grado de automatización mayor», y pronostica que, aunque las últimas previsiones retrasan la llegada de los vehículos autónomos, veremos ejemplos en los próximos años, no en el centro de las ciudades, sino en entorno no muy caóticos, como una ruta estándar de una plataforma logística entre grandes ciudades. «Eso probablemente sí esté cercano», dice.

Un super ordenador en su próximo coche

Un coche ya es casi un ordenador con ruedas. Pero en los próximos años la computación cobrará aún más importancia. Bosch asegura que este mercado vale unos 20.000 millones de euros y se prevé que crezca un 15% anual de aquí a 2030. Para atender esta demanda, el fabricante alemán de tecnología y componentes de automoción ha creado una nueva división, Cross-Domain Computing Solutions, con sus 17.000 empleados, que ha comenzado a operar en enero de 2021. «Las computadoras para vehículos son sin duda uno de los mercados del futuro», explica Javier González Pareja, presidente de Bosch España y Portugal. La compañía está desarrollando estas computadoras para asumir las tareas que realizan hoy en día hasta diez unidades de control, para reducir el cableado, el coste y el espacio de instalación. Ya ha obtenido pedidos por valor de varios miles de millones (2.500 millones el año pasado). Según McKinsey, la participación del software en el valor de un vehículo aumentará del 10 al 30 por ciento.

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