Las caras averías que pueden dejar el paso de la DANA en los coches afectados

Aunque cabe puntualizar que los seguros de los coches no suelen cubrir los daños en el vehículo como consecuencia de una catástrofe climatológica. En estos casos entra en juego el Consorcio de Compensación de Seguros, el destinado a auxiliar a las personas para cubrir los costes materiales de sus bienes dañados. Los daños materiales que sufren los vehículos inundados son cuantiosos, por lo que es importante saber si el seguro de coche cubre estos desperfectos.

La lluvia es uno de los fenómenos atmosféricos más necesarios para la tierra, pero también puede llegar a ser uno de los más devastadores. Al contratar un seguro de coche es necesario tener en cuenta esta posibilidad, sobre todo en determinadas zonas de la geografía española donde existen más probabilidades de que sucedan estos desastres. Es fundamental que los usuarios tengan claras las condiciones del contrato para saber de antemano cual es la responsabilidad de la compañía ante ciertos riesgos que ocurran, como es el caso de los daños provocados por una inundación.

Pero hay que saber que, a veces, es posible recuperar el coche. Todo dependerá de los daños ocasionados y del nivel de componentes que haya alcanzado el agua. Por ejemplo, y en primer lugar, si el coche está en marcha sumergiéndose en el agua, es muy probable que pueda entrar agua por la admisión del motor, lo que implica una rotura completa del motor.

«En un vehículo de unos 15 años de antigüedad, la sustitución completa del motor supera los 2.000 y los 3.000 euros fácilmente. Por otro lado, en vehículos nuevos de gama media, la sustitución completa del motor puede valer entre 10.000 y 15.000 euros. ¿Y por qué se produce la rotura completa del motor? En una zona inundada, el agua puede entrar en los cilindros y al subir el pistón al punto muerto superior, como el agua no es compresible, dobla las bielas produciendo la rotura total del motor», explica a este diario Itsaso Usobiaga, gerente de desarrollo de Euromaster en España.

Por otro lado, en un vehículo de combustión relativamente nuevo suele haber de 25 a 30 centralitas electrónicas, «por lo que es más que probable que todas ellas se puedan ver afectadas por la gran acumulación de agua y por el resto de suciedad que suele ser arrastrada en una riada o en un desbordamiento», sostiene. Y este tipo de componente, «las más baratas y sencillas», tienen un coste de más de 300 euros cada una, pudiendo superar los 1.000 euros, hasta alcanzar los 5.000, una más sofisticada y moderna.

Otros elementos dañados pueden ser los frenos y suspensiones. «En ambos casos, con una limpieza a fondo y un secado a fondo se solucionaría el problema, por lo que sería un mal menor. Hay que recordar que junto a los neumáticos, los frenos y las suspensiones son dos de los componentes mecánicos en un vehículo que están más expuestos al viento, a la lluvia, al agua que se salpica al atravesar un charco, en suma, a todas las posibles inclemencias climatológicas», detalla Usobiaga.

Asimismo, añade que, en el escape, «hay que garantizar la extracción del agua para que no se pudra todo el sistema de escape». En esta última situación, los costes varían mucho, «pero son mucho menores que en el caso del motor», suma.

Por último, y si el agua ha cubierto por completo el coche y ha entrado en el interior deteriorando, asientos, salpicadero, guarnecidos de las puertas… es la parte menos preocupante de todas. «Reparar el interior de un vehículo que se ha inundado es muy viable, es decir, todo el interior es recuperable. El proceso de recuperación es arduo, con una estimación mínima de unos 250 euros», concluye el gerente de desarrollo de Euromaster.

Finalmente, si el agua ha cubierto el coche completamente, la situación puede que sea irreversible ya que el agua y el barro habrán llegado a cada pequeño rincón del mismo. Habría que proceder a desmontarlo completamente, secarlo y limpiar cada una de las piezas, además de sustituir otras. La reparación podría tener un coste superior a la de un vehículo nuevo.

En el caso de que la riada o una inundación haya pillado a un vehículo 100% eléctrico, «las baterías se van a descargar en su totalidad si el vehículo permanece sumergido en agua (y barro), deteriorándose las placas de la que forman parte. Su cambio es costoso; y si el agua ha entrado en el núcleo del motor (cosa muy probable), sus partes metálicas acabarán oxidándose, dando problemas en el futuro», subraya a este diario Fernando González Iturbe, subdirector de la Asesoría Jurídica de CEA tras declaraciones de un perito experto.

Así, «si un coche eléctrico se ve sumergido en agua, la recomendación general es no intentar repararlo, ya que el riesgo de que otros componentes hayan quedado dañados es alto y las reparaciones pueden ser más costosas que en un coche convencional», manifiesta.

En relación a los precios «es evidente que es imposible cuantificarlos habida cuenta que todo dependerá del tipo de vehículo del que se trate. Ahora bien, la sustitución del motor no es barata, pero es la única forma de evitar problemas futuros por el óxido, aunque en el taller nos digan que han realizado una limpieza exhaustiva del motor», concluye González Iturbe.