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Ignacio Martín-Loeches
Miércoles, 26 de mayo 2021, 10:40
Más allá de la belleza de las carreras, todo lo que engloba a la competición es un mundo a parte. En él, cientos de personas están comprometidas en un trabajo que no se ve tras una pantalla en la que pilotos y equipos ... se llevan todo el protagonismo, pero ¿qué hay detrás de todo esto? Logística, producción televisiva, personal de seguridad, médicos y un largo etcétera de profesionales que hacen posible que el público pueda disfrutar de espectaculares eventos que recorren una larga lista de países de todo el mundo.
La Fórmula 1 o MotoGP son los campeonatos más fuertes dentro del deporte de motor, pero poco a poco un joven campeonato que ha sido rompedor en todos sus aspectos se ha abierto paso en pocos años para conseguir un renombre y prestigio internacional al alcance de muy pocos: la Fórmula E. Las ideas nuevas y modernas han sido la clave. Monoplazas eléctricos, marcas de renombre implicadas tanto en los coches como en los patrocinios, igualdad, facilidad para que el público pueda ver las carreras y, además... carreras exclusivamente en circuitos urbanos. Esta es una de las claves de la Fórmula E, y es que ver carreras en el centro de urbes como Nueva York, Roma o Hong Kong es algo totalmente novedoso y que ha supuesto un soplo de aire fresco dentro del mundo de las carreras.
Por lo tanto, estamos ante un campeonato que nació con una idea jamás vista y que ha tenido que correr en circuitos totalmente nuevos y diseñados desde cero, con todo lo que ello conlleva. El encargado de liderar el proyecto de diseño de los circuitos es un valenciano, Agustín Delicado, cuyo puesto podríamos definirlo como Manager Senior de Diseño de Circuitos e Infraestructuras de la Fórmula E.
Agustín es una de esas personas que está escondida detrás de las cámaras en el mundo de las carreras, pero que, sin su trabajo, la competición no sería para nada tal y como la concebimos, una persona que se formó en Valencia y tuvo que mudarse a Londres en busca de nuevas oportunidades: «Soy ingeniero de caminos, estudié en la Universidad Politécnica de Valencia y he sido un aficionado al automovilismo desde pequeño. Me mudé a Londres después de terminar los estudios con una mano delante y otra detrás, quería explorar nuevas experiencias y oportunidades laborales. Cuando fue a empezar el campeonato de Fórmula E recibí una llamada de recursos humanos y me comentaron que tenían una vacante en el puesto de ingeniero de circuitos, fue todo algo rápido. Hice la entrevista, hicimos una comparativa con dos proyectos que me enseñaron y mi trabajo final de la carrera que fue el diseño de una marina deportiva… y no eran tan diferentes, era muy parecido a lo que harías en un proyecto habitual de ingeniería civil».
Delicado nos comentó que muchos diseñadores de circuitos son arquitectos en lugar de ingenieros, pero eso no fue ningún impedimento para que él comenzase a trabajar en este mundo de la competición, algo que desde joven había querido. Aun así, no fue su principal motivación antes de irse a Londres. «Todo esto surgió casi por casualidad, yo estuve a punto de hacer la carrera de aeronáutica para trabajar en un equipo de automovilismo, como por ejemplo en la Fórmula 1 Adrian Newey, Christian Horner y demás… al final fui por otro lado porque me decanté por la Ingeniería de Caminos», comentó Agustín sobre sus estudios, que le ha llevado a dirigir un departamento de «cuatro diseñadores que se van repartiendo las carreras de la temporada. Además, a nivel externo también tenemos a otros diseñadores internacionales, y entre todos creamos una red de trabajadores con la que completamos todas las carreras de la temporada».
Otra de las curiosidades que teníamos era conocer el proceso de creación de un circuito urbanocon las características que impone la Fórmula E. En el calendario, cada año crece el número de circuitos y de ciudades interesadas, y para llevar a cabo un proyecto no solo se debe tener en cuenta el trazado. «A nosotros nos llama alguien interesado en un circuito, como un inversor o directamente una ciudad, y así como en otros campeonatos esa persona interesada llamaría a un diseñador externo, nosotros nos involucramos desde el principio. Esa parte interesada nos contacta directamente a nosotros, y nosotros somos los que visitamos la zona en la que quieran tener un circuito. En ese caso yo iría con otro diseñador internacional, y a partir de ahí les daríamos un proyecto. La razón por la que nos involucramos a ese nivel ya no es solo por el circuito, que también, sino que hay que tener en cuenta el resto de la infraestructura, que también la llevamos nosotros. Por ejemplo, es muy complicado meter en el centro de París el centro de televisión de la Fórmula E, que es muy grande. En casi todas las carreras, conforme más nos vamos acercando al centro de las ciudades, más compromiso tenemos que tener, ahí es cuando entramos nosotros para tomar riesgos y decidir el límite hasta el que podemos llegar, simplemente para estar justo en el centro de la ciudad».
«Hay que tener en cuenta muchas cosas como las anchuras, las limitaciones que tenemos para hacer la obra civil en el centro de la ciudad, el asfalto, no quitamos árboles… y también en cuanto a superficie del evento, imagínate un circuito de Montmeló en el centro de París… no se puede. En cuanto todo esto se confirma les paso el circuito a uno de los cuatro diseñadores del equipo y ellos se ponen a trabajar con el diseñador externo o directamente solos. A partir de ahí ya entra luego el proceso de homologación de la FIA, reuniones, cambios… así es como actuamos, como parte central entre la FIA y la ciudad interesada».
Como vemos, no es algo sencillo de diseñar. Hay que tener en cuenta las trazadas, frenadas escapatorias… y esto es algo en lo que a Agustín Delicado y su equipo trabajan mucho durante todo el proceso de creación de un circuito urbano: «Si, por ejemplo, la FIA nos dice que quiere una escapatoria más amplia en una determinada curva pero hay un edificio, hay que buscar una solución para que no afecte a la ciudad. Hay muchas cosas detrás y es por eso que nos involucramos tanto desde el principio. Por ejemplo, para el podio, en lugar de hacerlo como se ha hecho siempre en las carreras, nosotros lo llevamos a donde tenemos al público, o donde tenemos un ‘backdrop’ que sea bonito, como puede ser la basílica de Moscú, por ejemplo, o donde tengamos ambas, tanto público como un buen fondo. Todo eso lo pensamos desde la fase inicial del proyecto».
Ad - Diriyah, Roma, Mónaco, Nueva York, Londres, París, Zurich, Ciudad de Méjico... en la Fórmula E encontramos una larga lista de ciudades por las que los monoplazas han competido, pero para el ingeniero valenciano son tres sus circuitos favoritos: «A mí me gusta mucho el circuito de Hong Kong. Es un reto muy grande, instalamos unos 200 muros en la última noche, es decir, el jueves por la noche para la carrera del sábado. Las imágenes de correr en el centro de esta ciudad son espectaculares a nivel televisivo. Me gusta mucho también Roma, y también el circuito de Riad ahora que lo hemos hecho de noche… creo que esas tres son las 'top'». Aun así, puede que de cara a un futuro cambien las cosas, nuevas ciudades están por llegar ya que estamos hablando de un campeonato que no para de crecer.
En este sentido, si Agustín pudiese elegir, elegiría que su próximo diseño fuese en Japón: «Me encantaría diseñar un circuito urbano en Japón, en Valencia obviamente también, pero ya corrimos recientemente en Cheste. Sería muy interesante correr en Japón a todos los niveles, tanto desde el punto de vista del circuito como la parte política. Todo lo que habría detrás del diseño del circuito sería muy especial».
En esta pequeña charla con Agustín descubrimos esta faceta de la competición en la que también, como ocurre en las carreras, cada centímetro cuenta. Este joven español continúa creciendo junto a la Fórmula E y sus circuitos, unos circuitos en los que, a veces, no todo sale como se calcula: «De estos años tenemos muchas anécdotas, divertidas y no tan divertidas. Por generalizar, el máximo que hemos hecho a nivel de construcción han sido 389 muros con sus respectivas vallas, publicidad y demás en la última noche. Y claro, por mucho detalle que pongamos en la planificación, a lo mejor durante el montaje estamos poniendo un muro delante de un garaje sin querer. En París me acuerdo que pusimos un muro delante del garaje de una señora, era una señora mayor y salía con el coche. Menos mal que fue muy maja, nos dijo que no podía salir y lo quitamos inmediatamente, anécdotas así hay muchas».
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