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Juan Roig Valor
Lunes, 10 de junio 2024, 12:13
Al sentarte en el Polestar 3, es difícil imaginar que se trata de un producto de una empresa que está pasando por dificultades. Es uno de los coches más atractivos del mercado, con un diseño futurista sin ser histriónico, con detalles poco habituales, como un ... spoiler en la parte superior del capó delantero.
El interior es sencillo, con una austeridad nórdica que es acogedora y está bien resuelta. Los botones físicos, considerados ruido visual por parte de los diseñadores, han desaparecido salvo los estricta y legalmente necesarios. Y aún así: el interruptor de las luces de emergencia se encuentra en el techo.
En la consola central se encuentra el botón de encendido y apagado, que juguetonamente está marcado con los símbolos de play y pausa, y nada más. Todo está dominado por una gran pantalla táctil que controla todo, desde la climatización hasta el reglaje del volante y los espejos retrovisores.
Esta es la principal queja que se puede hacer del Polestar 3, el SUV más grande de la marca. Por lo demás, dinámicamente se trata de un coche tan bien resuelto y ágil que cuesta creer que pesa más de 2.200 kilos.
Este todocamino cuenta con tracción a las cuatro ruedas gracias a sus motores eléctricos en ambos ejes. La parte trasera cuenta con un sistema inteligente de distribución de par, para controlar la entrega de potencia a cada lado del vehículo y asegurar un paso más asentado por curvas.
Está disponible, de momento, en dos versiones cuyas entregas comenzarán a partir de verano. La menos potente de ellas desarrolla 489 CV, mientras que la Performance es capaz de entregar 517. Su autonomía llega hasta los 631 kilómetros en el caso del menos potente y a 560 km en el que más.
Además, en 2025 lanzarán al mercado una variante con un solo motor y tracción trasera, más asequible y que llegará a los 650 kilómetros con una carga. A cambio, su potencia será «solo» de 299 caballos y alcanzará los 100 km/h en 7,8 segundos, en vez de hacerlo en 4,7.
Una de las grandes apuestas de Polestar es la de sus sistemas semiautónomos. Si se opta por el Pilot Pack, el vehículo llega con más sensores de radar interiores y exteriores para detectar cambios en la dirección y poder anticiparse a las condiciones de la carretera.
A partir del año que viene se podrá elegir un acabado adicional con Lidar integrado, una pieza fundamental para desarrollar la conducción autónoma, pero ni su precio ni el grado al que llegará el vehículo aún no han sido confirmados.
El Polestar «base», parte de los 88.900 euros, mientras que el Performance cuesta 95.500. A partir del año que viene, la versión con un único motor llegará al mercado español, con un precio de partida de 81.900 euros.
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