Secciones
Servicios
Destacamos
José Manuel Alonso
Bassella
Viernes, 11 de junio 2021, 10:19
La histórica marca española Montesa con motivo del 75 aniversario ofrece a través del Museo de la moto de Bassella numerosos modelos cómo el Sprint de 1954, las motocicletas participantes en la isla de Man, la primera Montesa que participó en Varesse, la bicilíndrica con ... motor de válvulas rotativas de 1966 o una Brío refrigerada por agua de 1957.
También recoge numerosos prototipos nada vistos como la Fura de 1958 así como diversos propulsores desconocidos o bicicletas y, claro está, todas las Cotas desde su nacimiento o las Brío. También están presentes las míticas Impala.
PRUEBA MONTESA IMPALA
Como caso excepcional tras la visita a la exposición del 75 aniversario de Montesa tuvimos la oportunidad de probar varios modelos de Impala, únicos de éste en su día popular modelo. El inicio de la comercialización de la Montesa Impala data de 1962, entre los meses de enero y marzo.
Para realizar esta excitante experiencia, gracias a Honda, nos pudimos sentar y conducir varias versiones de este icónico modelo. Particularmente nunca había tenido la oportunidad de conducir un modelo como este. La primera que pasó por nuestras manos fue la versión Sport de 250. Remodelada completamente, nada más arrancar, a pedal naturalmente, el sonido nos llevaba a otras épocas. Ya instalados frente al manillar lo primero a lo que tuvimos que acostumbrarnos es que el cambio de marchas y el freno trasero estaban cambiados de posición con lo cual había que estar muy atentos para no equivocarnos al accionarlos con nuestros pies.
Efectivamente el cambio de cuatro marchas estaba situado en el lateral derecho mientras que el freno que activa el tambor trasero estaba en el izquierdo, todo al contrario que las motocicletas actuales.
Una vez superado este escollo la marcha la iniciamos hacia el recorrido previsto para esta prueba. No cabe la menor duda qué la utilización de esta motocicleta es totalmente diferente a las actuales. En marcha, con toda la ilusión, la Impala se maneja fácilmente siempre que se tenga en cuenta que todos sus componentes son de otra época pasada. El tacto del embrague, el de los frenos o las suspensiones no desmerecieron mucho a pesar de la edad del vehículo. En la ruta se comportó perfectamente a unas velocidades nada supersónicas, pero con un cariz que nos llevaba al pasado. También tuvimos la oportunidad de recorrer varios kilómetros con el modelo Sport de 175 centímetros cúbicos o la 2 de 125.
En total realizamos una ruta muy agradable de la que guardaré un recuerdo imborrable y sobre todo agradecer a las personas que consiguieron rescatar del baúl de los recuerdos estos vehículos históricos.
HISTORIA
El inicio de Montesa fue a través de la Motobecane B1V2 que Paco Bultó regaló a su sobrino Joan Soler Bultó. A partir de esta iniciativa, concretamente en 1945 sale a la luz el primer modelo denominado A-45. Este llevaba instalado un monocilíndrico de dos tiempos y 98 centímetros cúbicos de cilindrada para casi inmediatamente llegar a los 125. En aquel año consiguieron fabricar 22 unidades y de la siguiente versión B-46/49 ya se fabricaron 1700 unidades. En febrero de ese mismo año el abogado J.L. Milá, posteriormente secretario del Consejo de administración, disputo con un primer prototipo la prueba de regularidad del RMCC. En agosto de ese mismo año Montesa sube hasta el balneario de Caldes de Boi por caminos nunca pisados por un vehículo a motor. Ya en noviembre la marca celebra su primera carrera con el Gran Premio motociclista de Montjuic clasificándose en las cuatro primeras posiciones de su clase y ahí es donde arranca la exitosa trayectoria deportiva dentro del motociclismo mundial en las más variadas disciplinas.
Dos años más tarde se constituye la sociedad Permanyer SA de Industrias Mecánicas y en 1950 la actividad se traslada de la calle Córcega a la de Pamplona en Barcelona donde comienza a fabricarse el nuevo modelo D-51, motocicleta precursora de la Brío y primera de las emblemáticas Montesa con depósito rojo. Diversas variantes de la popular Brío, siempre con el propulsor de 125 centímetros cúbicos fueron el caballo de batalla entre los años 51 y 62 que le permitieron ganar las dos primeras ediciones de las 24 horas de Montjuic. Como dato interesante es que en 1949 Montesa tenía 63 trabajadores y fabricaba 340 motos anuales y una década después la plantilla ya se componía de 441 personas y la producción llegaba a las 12.366 unidades. Dificultades económicas hicieron que en 1981 fuera adquirida la mítica marca española por el fabricante japonés Honda.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El legado vikingo que revive en un pueblo de Burgos
BURGOSconecta
Cinco trucos para ahorrar en el supermercado
El Diario Vasco
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.