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Jueves, 19 de octubre 2023, 04:45
Cada ayuntamiento tiene potestad para determinar las restricciones en estas ZBE, siguiendo sus propios criterios técnicos de sostenibilidad y siempre que se enmarquen dentro de la normativa general propuesta en la Ley de Cambio Climático.
En el caso de Madrid, el año 2024 marca un ... hito importante, pues es el primer año en el que los coches que no estén empadronados en la ciudad antes de 2022 y no cuenten con etiqueta medioambiental tendrán limitaciones de acceso al centro de la urbe.
Es importante tener en cuenta la distinción de la etiqueta, así como la fecha de empadronamiento del vehículo en la ciudad.
A partir del 14 de enero de 2024, si el coche no está empadronado en Madrid, se verán limitados por los siguientes supuestos:
Sin etiqueta: se prohíbe su circulación por ninguna calle de la ciudad de Madrid.
Etiqueta B o C: las restricciones se limitan a las ZBE del distrito centro y de Plaza Elíptica. Se podrá acceder a ellas cuando el destino sea un estacionamiento, tanto público como privado.
Etiqueta Eco: pueden moverse por todo Madrid, con un estacionamiento en la calle dentro de las ZBE de un máximo de dos horas. Las zonas con parquímetro estarán bonificadas al 50%.
Etiqueta Cero: se permite su circulación por toda la ciudad y acceso libre a las ZBE. Se puede aparcar libremente a pie de calle, de forma gratuita y sin límite de tiempo.
Los vehículos que cuenten con algún tipo de etiqueta medioambiental, sea B, C, Eco o Cero, estarán sujetos a las mismas condiciones de acceso y estacionamiento, tanto si están empadronados en Madrid como si no.
La única diferencia está en si un vehículo sin etiqueta está o no empadronado en la ciudad. En caso de que lo esté, pueden circular por todas las calles de Madrid mientras no se trate de las ZBE del distrito centro o de Plaza Elíptica, salvo algunas excepciones.
Adquirir un coche nuevo eléctrico o híbrido enchufable para 'sortear' estas limitaciones supone actualmente un coste muy elevado para la mayoría de la población. Una alternativa es modificar el motor para convertirlo en otro más ecológico y que pueda lucir las etiquetas C, Eco y 0 Emisiones de la DGT.
El gas licuado del petróleo (GLP) o autogás se ha convertido en una alternativa 'limpia' a la gasolina y el diésel. Con estos últimos combustibles, mediante una sencilla conversión, es posible conseguir las etiquetas C y Eco de la DGT. En primer lugar, se debe saber que no cualquier vehículo se puede convertir a gas y lucir dicha pegatina. «El Ministerio limita esta transformación a los modelos de gasolina que cumplan la norma Euro 4 y que estén matriculados a partir del año 2006, y diésel Euro 6, matriculados a partir de los años 2016-2017», puntualiza Javier Navarro, presidente de Astrave, Asociación de Transformadores de Vehículos.
«La transformación -se instala un 'kit' de GLP: depósito, inyectores de gas y boquerel-se debe realizar en un taller especializado y debidamente homologado en este tipo de conversiones para que el cliente se asegure de que se cumplen todas las normas de calidad y seguridad que tiene que tener un vehículo transformado a la hora de pasar la ITV», explica Navarro. Además, serán los que ofrezcan una garantía de dos años ó 100.000 kilómetros tanto por la mano de obra como por el equipamiento.
Posteriormente, tanto el propio taller como el cliente puede pasar la ITV para su homologación, en la que «se necesitarán tres certificados: el de taller, conforme la transformación se ha realizado correctamente; un certificado de estanqueidad, donde el taller se responsabiliza y certifica que el circuito es estanco y no tiene ninguna fuga; y el emitido por un laboratorio homologado por el Ministerio», añade.
Por lo tanto, en la ficha técnica que entregan al final de la ITV ya será un vehículo oficialmente propulsado con autogás. Estos datos ya se cruzan con la DGT, y ya se puede solicitar la etiqueta Eco en cualquier oficina del organismo, Correos y gestorías con un precio de 5 euros.
«El precio en un modelo gasolina de cuatro cilindros e inyección indirecta, impuestos incluidos y homologación, ronda los 1.500 euros -con un precio máximo de hasta 2.300 euros en el caso de motores mayores como de 6 y 8 cilindros-. En el caso del diésel el rango es más alto, de entre 1.900 y 2.500 euros, ya que la gestión y el desarrollo en este tipo de motorizaciones son más difíciles», señala Navarro, al tiempo que concluye que «en un modelo de gasolina, en 20.000 kilómetros ya se ha amortizado la inversión ya que esta conversión conlleva un ahorro de hasta un 40% en combustible».
La transformación de un vehículo de combustión en eléctrico, también denominado 'retrofit', es otra de las opciones para conseguir la etiqueta 0 emisiones de la DGT, aunque a un coste mucho mayor que el autogás. Existen ya desde hace años empresas como Ecoche, que disponen de un plan para suavizar el coste de la homologación. «Se trata de juntar pedidos de conversión para que los importes se diluyan entre cada unidad y se pueda abordar el proceso sin un desembolso desorbitado», explican.
Algo que también hacen desde Elektrun Cars, quienes diseñan, testean y homologan un 'kit' -motor eléctrico, paquete de baterías y electrónica- para acoplar en un vehículo específico que antes era de combustión. En concreto, en la actualidad trabajan en 180 pedidos para transformar Mini clásicos, que alcanzan los 150 km de autonomía. Aunque todo este proceso necesita de un periodo de un año -debido a la ingeniería y homologaciones-, el cual termina en un taller asociado para su colocación y paso por la ITV. «El Mini ronda un precio de conversión de entre 14.000 y 16.000 euros, con una garantía de hasta 10 años», subraya A.D. Sánchez, fundador de Elektrun Cars.
El todavía elevado precio «se debe a las múltiples gestiones y coste de los materiales. Algo que mejoraría si en España hubiera ayudas para este tipo de eléctricos. Es decir, por alguien que compra un vehículo de estas características, le dan hasta 7.000 euros; pero por alguien que decide reciclar su vehículo y hacerlo más ecológico, no existen», especifica Sánchez.
De hecho, el fundador de Elektrun Cars especifica que la demanda es muy alta. «Tenemos 1.900 pedidos entre vehículos clásicos, utilitarios como el Seat Ibiza, furgonetas de reparto de última milla...» Y todos estos modelos, tras pasar la ITV reglamentaria, conseguirían la etiqueta 0 emisiones, la que más ventajas económicas y de movilidad ofrece.
Algunos ayuntamientos, como el de Madrid, permiten la circulación de los vehículos históricos, es decir, con al menos 30 años de antigüedad desde su fabricación o matriculación -también permanecer en su estado original, no habiéndose modificado de forma sustancial las características técnicas de sus principales componentes: motor, frenos, dirección y carrocería-, en las ZBE. Eso sí, circular y aparcar en un parking cerrado. Para circular y estacionar en superficie, los vehículos tendrán que tener más de 50 años. Un vehículo histórico también tiene otras ventajas: exención del Impuesto de Tracción Mecánica -en función del ayuntamiento-, seguros económicos, así como su revaloración, «debido a su escasez y carácter oficial de vehículo único», apunta Antonio Guzmán, asesor reglamentario de Approvalab, Laboratorio Oficial de Catalogación de Vehículos Históricos.
Sin embargo en este caso es conveniente estudiar previamente nuestras posibilidades, ya que, por ejemplo, en algunos proyectos de ZBE no se contempla este tipo de excepción, y en Barcelona, desde su implantación, tampoco se permite la circulación de vehículos históricos.
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