Denuncian a Tesla por excederse en la emisión de aguas residuales en Berlín

La WSE explica que los límites de fósforo refractario y nitrógeno total están siendo excedidos. En una reunión extraordinaria que se celebrará en marzo, la asociación planea discutir si interrumpirá la eliminación de aguas residuales en la fábrica de Tesla en Grünheide, justo fuera de Berlín.

De lo contrario, la WSE podría enfrentar costes adicionales que ascienden a millones de euros y una posible prohibición de la eliminación de todas las aguas residuales de la asociación en la planta de tratamiento de aguas residuales de Münchehofe.

Tesla ha señalado que aún no había sido informada sobre la reunión extraordinaria o el punto de agenda correspondiente. La empresa ha explicado que utiliza sus propias instalaciones para el tratamiento de aguas residuales industriales.

«Las aguas residuales aún se producen a partir del funcionamiento de instalaciones sanitarias y cocinas», ha respondido Tesla. «Con la eliminación de las aguas residuales industriales, las aguas residuales que se descargan de la gigafactoria están compuestas como las aguas residuales municipales típicas».

Recientemente, Tesla ha afrontado críticas por parte de residentes locales con respecto a sus planes de expandir su sitio de fábrica de 300 hectáreas en Grünheide. En una votación no vinculante, una gran mayoría de vecinos votó en contra de la expansión.

Los activistas ambientales también se oponen a los planes, citando la necesaria tala del bosque y que parte del área está ubicada dentro de una zona de protección de aguas.

Desde el inicio de las obras de la fábrica de Tesla en las cercanías de Berlín, estas contaron con la oposición de grupos ecologistas. Así, en 2020 las primeras protestas obligaron a los responsables de Tesla en Alemania a declarar que protegerían la fauna de la zona, a la que además de pájaros, pequeños mamíferos y murciélagos pertenece una asombrosa colonia de hormigas protegidas.

Además la Liga Verde y la Unión para la Conservación de la Naturaleza interpusieron en agosto pasado una querella contra la Agencia de Medio Ambiente de Brandemburgo por considerar que los permisos concedidos a Musk por un periodo de 30 años para bombear acuíferos subterráneos han sido ilegales.

La propia Agencia de Medio Ambiente de Brandemburgo se ha convertido en el enemigo número uno de Tesla y numerosos grupos ecologistas y asociaciones de vecinos, se han posicionado en contra de la empresa desde el primer momento .