Stellantis pretende ensamblar el Leapmotor T03 en Polonia para esquivar los aranceles

El consejero delegado del consorcio europeo, Carlos Tavares, se había mostrado muy crítico con la llegada de marcas chinas al mercado comunitario, pero desde que fundaron la joint-venture con Leapmotor, su discurso ha dado un giro de 180 grados.

Ahora, imponer aranceles a los coches eléctricos chinos es una medida anticompetitiva que solo generará perjuicios a largo plazo, «una trampa» que proteje a los fabricantes europeos de la realidad: que los chinos fabrican vehículos de calidades equiparables por un tercio del coste.

A su juicio, la mejor manera de competir con ellos es «tratar de ser chinos nosotros también», afirmó en un evento organizado por Reuters. Tavares, al firmar el acuerdo de colaboración, puso a disposición de los productos chinos su equipo de Marketing, su red de distribución y, si fuera necesario, su huella productiva.

Parece que ese momento ha llegado. Stellantis afirmó que pretende usar su fábrica de Polonia para ensamblar el T03, cuyas piezas vendrán directamente desde China. Hacerlo de esta manera permitiría a la marca esquivar los aranceles de la Comisión Europea.

Este sistema es lo que se conoce como DKD o CKD –en función del grado de ensamblaje que se deba hacer en la planta– y es similar a lo que hará el gupo Chery con sus Omoda en Barcelona.

En la planta polaca de Tychy se producen también otros modelos del grupo, como Fiat, Jeep o Alfa Romeo.

Según el consejero delegado de Leapmotor, Xin Tianshu, «estamos en la fase de preparación», y la producción no comenzará hasta el último trimestre. Leapmotor se enfrenta a un 18% de tasa adicional al 10% que tienen que pagar todos los automóviles provenientes de China.

Para el modelo más grande de Leapmotor, el C10, Xin afirmó que aún no hay una decisión para fabricar en Europa. El modelo ya ha llegado a Europa y está siendo revisado en Italia antes de llegar al resto de distribuidores de Stellantis en el mercado comunitario.