Porsche ignora el coronavirus y registra una facturación récord en 2020

El pasado ejercicio, Porsche entregó 272.000 vehículos, solo un 3,1% menos, impulsado por el aumento de las entregas en China (+3%), su mayor mercado individual, y Asia-Pacífico, Oriente Medio y África (+4%). En Europa y Estados Unidos, por el contrario, las ventas se redujeron, hasta 80.892 y 69.629 vehículos, respectivamente.

«A pesar de la pandemia, 2020 fue un buen año para Porsche», consideró Oliver Blume, CEO del fabricante, que destacó que logró mantenerse dentro de los objetivos operativos marcados. Y este 2021, avanzó, «las entregas y pedidos van por el buen camino». «Porsche ha vuelto a ser el rey de los beneficios en el Grupo Volkswagen», destacó su responsable de Finanzas, Lutz Meschke.

El directivo destacó el músculo del fabricante a la hora de afrontar la crisis. «Nuestra prioridad fue la liquidez, reduciendo los costes que no fueran absolutamente necesarios», aseguró. Lo hizo siguiendo los esquemas del Programa de Rentabilidad 2025, por el que pretende mejorar su resultado acumulado hasta los 10.000 millones de euros para 2025, y 3.000 a partir de entonces, pero sin escatimar en innovación, digitalización y transformación. «Economizar en esas áreas tendría como resultado una rápida pérdida de competitividad», según Meschke.

En los próximos años reforzará especialmente el ámbito de la digitalización y el de la electrificación, con una inversión de 800 millones de euros en el primer apartado. «Hace tiempo que la digitalización se convirtió en el centro de nuestra estrategia», aseguró Meschke, que ve clave ofrecer confianza a los compradores para que confíen en la cesión de sus datos. Y aseguró que China lleva la delantera. «Nuestros clientes chinos tienen de media 15 años menos y exigen vehículos conectados que se adapten a su estilo de vida digital. Nos adaptaremos, porque lo que vemos en China luego se extiende a EE.UU. y Europa».

En cuanto a la electrificación, Porsche ha confirmado que el próximo Macan será 100% eléctrico, siendo el tercer modelo a pilas del fabricante, tras el Taycan y el Taycan Cross Turismo. En 2020, un tercio de todos los Porsche contaron con algún tipo de electrificación. En cinco años, lo serán la mitad. Y en 2030, el 80% será eléctrico, prometió Blume. Su rival, BWM, prevé para la misma fecha un 50% de ventas de vehículos eléctricos.

En 2030 el fabricante se ha comprometido a alcanzar la neutralidad climática, tras conseguir que sus tres factorías, en Zuffenhausen, Weissach y Leipzig, ya lo sean. Para ello, exigirá también a sus proveedores una huella neutra en CO2, especialmente a los fabricantes de baterías -componente que requiere de grandes cantidades de energía-.

De forma paralela, Porsche quiere seguir impulsando los combustibles sintéticos o electrocombustibles, con una inversión de 20 millones de euros. Son clave, considera, para convertir en neutros en CO2 a sus modelos clásicos pero también a un coche que, según ha asegurado Blume, es imposible de producir como eléctrico: el 911 -si bien ha avanzado que podría contar con algún tipo de hibridación en el futuro-.

Porsche también ha asegurado que continuará reforzando su apoyo con socios innovadores, entre ellos el fabricante croata de deportivos eléctricos Rimac, en el que acaba de incrementar su participación del 15 al 24% -«va camino de convertirse en un proveedor de primer nivel para Porsche», ha dicho Blume-, pero también la startup de inteligencia artificial californiana Baja o el fabricante de pantallas holográficas Wayray.