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Juan Roig Valor
Jueves, 11 de abril 2024, 11:00
El lunes pasado, el ministro de Comercio de China, Wang Wentao, se reunió en una mesa redonda con los representantes de 10 marcas de automoción que operan en Europa, en anticipación a los resultados de la investigación que está llevando a cabo Bruselas para determinar ... si la industria del gigante asiático puede achacar su éxito a los incentivos del Gobierno de Xi Jinping.
En París, donde tuvo lugar la primera de sus paradas, Wentao se sentó junto con marcas como BYD, Geely o el gigante de baterías CATL para reafirmar que las acusaciones europeas de sobreproducción de vehículos eléctricos –como estrategia para saturar los mercados a un precio menor– «no tenían fundamento alguno».
En un comunicado publicado el lunes por parte del ministerio que representa, Pekín subraya que su industria no depende de subsidios para alcanzar una ventaja competitiva.
«Las empresas chinas del vehículo eléctrico dependen de innovación tecnológica continua, de la competitividad del mercado completo y de cadenas de producción y suministro perfectas para conseguir sus ventajas, y no de subvenciones gubernamentales», sentenció Wentao.
El ministro señaló que el Gobierno chino defendería los intereses y derechos legítimos de las empresas bajo investigación por parte de Bruselas, según informaron fuentes presenciales a Automotive News.
Esta iniciativa se originó a finales de 2023 para determinar si existía competencia desleal por parte de China en lo que a vehículos eléctricos se refería –un comité técnico viajó al país a inicios de 2024 y sus conclusiones se espera que se hagan públicas en noviembre–.
Además de reunirse con sus fabricantes, Wentao también tuvo un encuentro con el presidente del Grupo Renault y de la Asociación de Constructores Europeos de Automóvil, Luca de Meo el sábado pasado.
Según fuentes cercanas a la reunión, De Meo subrayó la importancia de la «reciprocidad» y que los fabricantes chinos deberían traer una mayor parte de su cadena de suministro a Europa. Esta postura ya está en efecto por parte del Gobierno francés, que establece sus subvenciones a los vehículos eléctricos en función de las emisiones de CO2 en el transporte. Es decir: en base a la cercanía.
Además, el directivo italiano propuso la creación de proyectos conjuntos de investigación para tecnologías futuras, como la siguiente generación de baterías.
Según el Gobierno chino, los argumentos de Bruselas den demasiada importancia a las subvenciones estatales y no la suficiente a la innovación de las empresas. Además, acusan que imponer tarifas a sus vehículos supondría privar a la parte con menos ingresos de la sociedad de alternativas de movilidad cero emisiones, necesarias para los objetivos de descarbonización de Europa.
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