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n. barrio
Sábado, 1 de diciembre 2018, 17:35
De madrugada, antes de que el sol despertara al Bierzo, Anllares se apagaba. Eran las 05:42 cuando los motores de la Central Térmica se apagaron. El panel de mandos registraba la desconexión y más de tres décadas de vida se fundían a negro.
Los trabajadores de la Central Térmica de Anllares procedían a desacoplar definitivamente la instalación tras quemar la última tonelada del carbón que tenía almacenado.
«Tenemos sentimientos encontrados, después de una vida trabajando aquí es triste, pero la vida continua», comentaba el presidente del comité de Anllares, Roberto González.
El cese de su actividad ha convertido al complejo ubicado en la comarca del Bierzo, en la «primera víctima» de la transición energética iniciada por el Gobierno socialista.
Del total de la plantilla de Gas Natural, compuesta por 41 trabajadores, algo más de una veintena se jubilan y el resto han sido recolocados.
Hacia las ocho de la tarde del viernes sus generadores dejaron de aportar energía a la red. Ya tampoco volverá a salir humo por su chimenea de 150 metros de altura. Era el final a 36 años produciendo electricidad, desde su puesta en marcha en el año 1982. En ese tiempo, ha consumido más de 31 millones de toneladas de carbón, básicamente nacional, procedente de minas de su entorno en el Bierzo, Laciana y Asturias.
Con ese combustible, la térmica de Anllares ha aportado más de 68 millones de megawatios a la red. Sería energía suficiente para atender las necesidades habituales de siete millones de viviendas en España, durante un año.
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Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
Clara Alba, Cristina Cándido y Leticia Aróstegui
Javier Martínez y Leticia Aróstegui
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