Las primeras declaraciones de los testigos y afectados ofrecen nuevos relatos sobre lo acontecido el 28 de octubre de 2013 en el pozo Emilio del Valle. Roberto Julián Crespo era picador sutilador de la Hullera, trabajaba en la planta quinta del macizo noveno, pero alguna ... vez lo hizo en la planta séptima del macizo siete.
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El testigo ha recordado que «ese pozo siempre había dado problemas». Roberto Julián Crespo explicó a los presentes que «es lógico que haya bóveda, pero hay que hundirla cuánto antes» y consideró que lo que «no era normal es que tuviera 17 días de taller y no hubiera hundido la bóveda».
«El plantilla y el vigilante entraban allí supongo que lo verían. Yo no estaba allí y me lo dijeron muchas veces», ha recordado el testigo que insiste en que en los vestuarios se llevaba días comentando la situación de ese taller.
«En el macizo siete se salía mucho, solía dar problemas de gas», recuerda el minero, que respondió a preguntas de uno de los letrados que «estábamos acostumbrado a que hubiera gas, ese macizo daba mucho gas, pero eso no es lo normal ni lo habitual».
«El día 24 de octubre coincidí con uno de los fallecidos. Cuando llegué a destino a Tori le mandaron donde estaba yo y a mi donde estaba él», relata el minero. El abogado pregunta si ese día (el jueves antes del accidente) hubo algo raro en ese taller a lo que el testigo recuerda que «quedaban cuatro postes sin recoger y dos los hice con la mano, eran nuevos y se hacían bien, porque no había peso ninguno». Uno de los indicios de que el taller podía estar en bóveda.
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En la sesión de este lunes se han recordado las declaraciones que los testigos hicieron ante la Guardia Civil y la Autoridad Minera, en este caso uno de los abogados lee la declaración y le pregunta si todo funcionaba bien tal y como declaró en esa jornada. «Yo, el día que declaré estaba en una nube, no sabía ni lo que decía. A los días me llevaron la declaración a casa y la vi, pero no se... », mantuvo el testigo en esta jornada.
Crespo trabajaba ese día en el macizo 9 y aún así acudió al lugar ante la llamada de ayuda. «Un compañero había dicho que fuéramos que había un problema en la séptima. Llegué al pozo y allí estaba Rico y fuimos para la planta. Estaban sacando a Amancio y Cabello y luego vi a otros intentando reanimar a Tello», comenzó el relato el minero.
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«Me puse el auto-rescatador y entré. Vi a unos compañeros que venían con un fallecido que no supe quien era. Me dijeron que no entrase yo solo y les ayude. Volvimos a entrar y venían con otro compañero, con Roberto, les ayudé y ahí de repente me quedé», aseguró el testigo.
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