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CARMEN RAMOS
Ponferrada
Jueves, 21 de septiembre 2017, 10:26
La minería sigue en lucha. Medio centenar de trabajadores de las plantillas de las empresas Uminsa e Hijos de Baldomero García han vuelto a concentrarse este jueves a las puertas de la central térmica de Compostilla en defensa del sector.
Los mineros bloquearon la entrada de camiones cargados con mineral de importación desde las ocho de la mañana para exigir que Endesa retome la compra de carbón nacional y garantice el mantenimiento del empleo. La protesta da continuidad a las movilizaciones de los últimos días que tuvieron su punto álgido en la manifestación de este martes que reunió a más de 2.000 personas en Ponferrada para exigir un futuro para el sector.
«Los trabajadores de Uminsa exigimos una solución a nuestro carbón autóctono» o «Trabajadores de HBG SA por la compra de nuestro carbón autóctono y un empleo estable en el sector» han protagonizado de nuevo el grito desgarrador de los mineros que no están dispuestos a tirar la toalla en una reivindicación en la que se juegan sus puestos de trabajo.
El responsable autonómico de minería de UGT, Jorge Díaz, ha asegurado la solución que demandan pasa necesariamente porque «nos reactiven los suministros en esta central térmica para poder a su vez volver a los centros de trabajo». Asegura que hasta el momento no se ha producido ningún contacto de ambas empresas con la eléctrica por lo que adelanta que «vamos a seguir reivindicando hasta que nos den una solución». «Estamos a expensas de que se pronuncie Compostilla», remachó.
Para los trabajadores el decreto de cierre «a nosotros ahora mismo nos nos vale» teniendo en cuenta que «la solución pasa porque se activen los suministro urgentemente en este mes porque sino evidentemente nos vamos a ver expuestos a una extinción de contratos, entonces una vez que no estemos vinculados a la empresa de poco nos va a servir reivindicar», explicó el responsable de UGT.
La nueva medida de presión protagonizada este jueves intenta salvar a dos empresas cuyos trabajadores se encuentran inmersos en sendos expedientes de regulación de empleo que afecta, en el caso de Uminsa a 160 trabajadores hasta final de año y en el de HBG se han visto extinguidos los contratos y cuatro empleados pendientes de prejubilación. Una situación que podría dar un giro importante con la compra de carbón nacional «porque en el momento que vuelvan a comprar carbón volverán también a sus puestos de trabajo», indicó Díez.
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