Una jornada en la que algunos de los abogados de la acusación particular, han remarcado los que consideran hechos probados tras las sesiones de declaraciones. Una de las letradas lamentó en esta jornada que no pudo preguntar a los acusados, ya que se acogieron a su derecho de no declarar y relata algunas de las cuestiones que le hubiera gustado hacer para conocer la situación.
La abogada considera que el conjunto de los acusados «ignoraron las señales de un riesgo inminente» que se han mostrado en la sala y que «todos los acusados tenían el conocimiento para evitar este accidente». Una situación que se pudo evitar y en la que los 16 acusados «no hicieron nada y permitieron un accidente que se ha llevado seis vidas y ha dejado marcadas a diez familias de por vida».
«Dejaron rotas a 16 familias»
En este sentido, se ha recordado en la sala que «los vigilante de explotación dejaban reflejados los problemas y los trabajadores tenían miedo«. Pero además, han sido varios los que han hecho suyas las palabras de un testigo perito y del perito judicial recordando que »jugaban a la ruleta rusa» y «compraban boletos», también se ha hecho referencia al cuento de Pedro y el lobo.
«Al final llegó la bala, el premio y el lobo», mantuvieron varios abogados que quisieron recordar a la sala que «dejaron rotas a 16 familias«. En un sentido similar, otro de los abogados recordó el rescate y las palabras de Conejo y Martínez Rico en sus declaraciones haciendo referencia a que »se salvaban unos a otros y que uno (él mismo) les salvó a todos« en relación al primero, y que el segundo dijo en su declaración que »dos de los mineros salvaron la vida porque él tenían manga ancha y les permitió comer el bocadillo«. Unas declaraciones que hicieron daño en su día y sobre las que el abogado ha recordado que »a ellos les puede hacer mucha gracia, pero hay familias que están sufriendo por estos hechos«.
Unas palabras que resumieron lo que se pudo ver a la entrada de los Juzgados de León al inicio de la jornada cuando las familias colocaron cinco cuerpos cubiertos con sábanas blancas y un ataúd y les gritaron a los acusados: «ahí está lo que habéis hecho». Entre las risas burlonas de algunos, Carlos Conejo sacó el móvil y procedió a grabar a la familias provocando una situación que se une al dolor que siguen viviendo diez años después del accidente.
Referencias a los informes
No han faltado referencias a los informes y las declaraciones que se han escuchado en los dos meses de declaraciones. «Parece que no está claro si sabían o no donde estaban. Si lo sabían tenían que tomar medios para evitarlo. Y si no lo sabían tenían medios para saber donde estaban», remarca una de las letradas de la acusación que recuerda la situación relativa al error topográfico. «Les interesaba meterse más en la capa de carbón», ha remarcado.
La letrada también ha remarcado que «se habían normalizado los niveles altos de grisú», entre otros de los incumplimientos y «todo ello para no parar un taller». Y ha sido otro de los argumentos de la acusación recordando que primaba la producción por encima de la seguridad. «No fue inevitable ni fortuito; la mina avisa y el macizo siete avisó en varias ocasiones», subrayó una de las letradas, que mencionó la existencia de bóveda o algunos golpes de gas como signos de que no se valoraron los riesgos evidentes.
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