
Secciones
Servicios
Destacamos
Sonó el 'Santa Bárbara bendita' en el polideportivo de Villablino, una música que muchas otras veces había sido sinónimo de fiesta en este mismo lugar. Sin embargo, hoy era por una despedida, por una triste noticia que volvía a salpicar a las cuencas mineras. La canción de la patrona era cantada entre llantos y rabia, entre abrazos y lágrimas, de los familiares de los cuatro mineros del valle de Laciana que perdían la vida en la mina de Cerredo el pasado lunes.
Tras los aplausos, la hija de Ibán, uno de los fallecidos, quiso poner voz al sentimiento sin consuelo que encarnaba a los presentes. «Teneros aquí significa muchísimo. No solo es que estén todos volcados, es que nos dejáis acompañados».
La joven recordó a cada uno de los cinco mineros -David, Amadeo, Rubén, Jorge e Ibán-, entre las lágrimas que a duras penas le permitían seguir, y reconoció a todos ellos: «Os vais haciendo ruido, tanto ruido como la pólvora cuando estalla. No os vais sin que el mundo se entere, estáis en las noticias y en otros países». Una situación, que la hija de Ibán señaló «no es de extrañar» porque cualquier que les conociera sabría que «no sois de los que mueren en una cama de hospital».
El país entero conoce hoy el nombre de los cinco de Cerredo, cinco personas que, como la pólvora, dejan huella. «Vuestra ausencia retumba y nos sacude por dentro como la peor bofetada. Nos rompe, pero nos recuerda lo grandes que fuisteis». Por lo que pedía que su nombre resonase hasta en el último rincón del mundo.
Noticia relacionada
También recordó a la virgen de Santa Bárbara, a la que acababan de cantar, para afirmar que «se equivocó», aunque no la condenó porque «cualquiera querría tener a los mejores a su lado». A partir de ahora, les tocará aplicar las enseñanzas de estos mineros: ser fuertes, resilientes y luchar hasta el final en una vida donde ya no buscarán tenerlo todo, si no que no falte nada. «Con su empeño y su manía de dar siempre lo mejor no se dieron cuenta de que lo mejor eran ellos».
Y el silencio atronador del polideportivo sirvió el eco para que la niña de Ibán tuviera sus últimas palabras hacia su padre. «No quiero que te vayas sin decirte algo: aunque tengamos que aprender a vivir sin ti no te preocupes, dejas un legado reflejo de lo que fuiste. Fuerza, trabajo, sacrificio y espíritu de una familia unida. Todos juntos, como dijiste que debería ser. No te doy la razón en todo nunca, lo sabes. Solo tuviste un fallo: me enseñaste a todo menos a vivir sin ti». Y se comprometió a llevar su apellido «tan alto como pueda, el cielo y el espacio se quedarán cortos» para que esté donde esté vea cómo sus hijas se hacen grandes, «aunque no tanto como tú, papi, porque como tú no hay nadie».
Un aplauso infinito ponía el punto y final a la desgarradora despedida de una hija hacia su joven padre que se iba en un trágico accidente minero.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La juzgan por lucrarse de otra marca y vender cocinas de peor calidad
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.