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RUBÉN FARIÑAS | DANI GONZÁLEZ
Sábado, 24 de febrero 2018, 20:54
La despoblación, ese fantasma que amenaza con dejar morir a las zonas rurales de la provincia de León, ha castigado con especial virulencia a las cuencas mineras.
Los datos del Instituto Nacional de Estadística así lo confirman y la comparativa con los registros del ... censo de los 26 municipios que han vivido del carbón durante años lo sentencian.
En la última década, la crisis de la minería ha ‘diezmado’ la población de estas áreas de la provincia y ha dejado un 15,13% menos de habitantes en las cuencas.
En términos absolutos, 9.532 personas han dejado de vivir en los pueblos carboníferos ante la falta de oportunidades y de futuro. En 2007, 62.988 ciudadanos residían en estas zonas y en 2017 esta cantidad se ha reducido a 53.456.
La situación es especialmente sangrante en cinco municipios. Torre del Bierzo, Igüeña, Cabrillanes, Sabero y La Ercina han perdido más de un 20% de su población. El drama también es acuciante en Villablino, donde viven 2.018 personas menos que en 2007.
Es más, solo en el último año, 1.253 habitantes se han perdido en las cuencas leonesas.
El mejor aliado de la despoblación es la falta de oportunidades laborales y, en este sentido, los datos también son escalofriantes. Los 26 municipios mineros de León han visto incrementar el número de parados un 24,24%, hasta alcanzar los 4.505 personas sin trabajo y en edad para hacerlo, 879 más que hace diez años.
Otra media decena de pueblos han visto como la tasa de paro se incrementaba por encima del 100%. Este es el caso de Igüeña (+115%), Valdesamario (200%), Prado de Guzpeña (350%), La Ercina (123%) y Vegacervera (140%).
Solo dos ayuntamientos han visto mejorar estas cifras en la última década: Villablino y Valderrueda, con una reducción de parados del 8,48% y 6,66%, respectivamente.
Entre los municipios más castigados por la falta de empleo también están Matallana de Torío, Páramo del Sil o Torre del Bierzo.
La despoblación y la falta de oportunidades laborales han formando el ‘coctel’ perfecto para que el futuro sea borrado de las cuencas mineras. 53.456 personas han aguantado el pulso a la crisis del carbón pero la subida de las tasas de paro no es más que una nueva barrera que deberán superar para evitar el abandono total de estas comarcas.
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