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SUSANA BAQUEDANO
Sábado, 23 de junio 2018
Que la generación térmica con carbón es necesaria no es solo la tesis que vienen defendiendo el Gobierno de Castilla y León y Asturias, los sindicatos y la patronal Carbunión, también es avalada por los datos de producción eléctrica en España.
Según el informe ... de 2017 de Red Eléctrica Española (REE), publicado esta misma semana, las energías renovables experimentaron en el pasado ejercicio un descenso por la caída de la producción hidráulica que se compensó con el aumento de la generación térmica (carbón y ciclos combinados).
Desde que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, nombrara hasta con una nueva denominación la que venía siendo la cartera de Energía -Ministerio de Transición Energética- y a su titular, Teresa Ribera, una firme defensora del fin del combustible fósil y el impulso de las renovables como fuente de generación eléctrica, han sido numerosas las voces que se han pronunciado en defensa del carbón.
El martes lo hizo Carbunión, pidiendo al nuevo Ejecutivo que tenga en cuenta al carbón autóctono como respaldo de las renovables y para contener los precios de la factura eléctrica, luego fue el SOMA el que advirtió al Gobierno que no permitirá una descarbonización «muy rápida».
Independientemente del impacto en la actividad económica y en el empleo de una región con tradición minera como León y Asturias, los defensores del carbón se apoyan también en el hecho de que las renovables no garantizan, hoy por hoy, la producción de energía eléctrica necesaria en el país, por lo que entienden que el combustible fósil debería seguir actuando como fuente de respaldo.
Según el informe de la entidad que preside José Folgado, las energías renovables, condicionadas por un notable descenso de la producción hidráulica (un 49,1% respecto al ejercicio anterior) en un año especialmente seco a diferencia de lo ocurrido en los primeros meses de 2018, han reducido su cuota en el conjunto de la generación peninsular al valor más bajo de los últimos cinco años (33,7% frente al 40,3% en el 2016). Esta caída de las renovables ha supuesto un aumento de la participación de la generación térmica, principalmente del ciclo combinado y del carbón. Red Eléctrica advierte que, por ello, se han incrementado en un 17,9% las emisiones de CO2 respecto al año anterior.
En seis comunidades, más del 40% de la producción anual fue de origen renovable. Castilla y León y Navarra con un 64% y un 61%, respectivamente, son las primeras. Asturias, con el 14,8%, está lejos de esos porcentajes.
Por su parte, la demanda de energía eléctrica fue un 1,1% más que en el año anterior, lo que supone el tercer año consecutivo de crecimiento de este indicador. Una vez tenidos en cuenta los efectos del calendario y las temperaturas, la demanda nacional de electricidad crece un 1,6% más en el 2017 respecto al año anterior.
El consumo eléctrico de grandes consumidores en España también fue un 1,9% superior al del año anterior. El sector industrial creció un 2% mientras que el sector servicios lo hizo un 0,4% respecto a 2016.
El 96,4% de la demanda de energía eléctrica peninsular en el 2017 se cubrió con producción nacional, mientras que el 3,6% restante procedió de la importación de otros países. Esta situación de importación neta de generación se produce en este 2017 por segundo año consecutivo.
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