El carbón pasa a ser recurso estratégico mientras las reservas leonesas no se pueden extraer

Una situación que ha derivado en la necesidad de recomponer la estructura energética nacional recurriendo al carbón como elemento de contención frente a la crisis de suministros, una decisión que además ha conllevado el mantenimiento de algunas térmicas.

De momento la situación ha provocado que se multipliquen las importanciones de mineral, un extremo que se ha hecho visible en el Puerto de Gijón. En este área, estrechamente vinculada a León, se ha producido un gran aumento de la demanda de superficie para el acopio de graneles sólidos, especialmente carbón, como reserva estratégica.

Pero El Musel ya no dispone de superficies libres en unas condiciones técnicas mínimas para almacenar más graneles, únicamente en la ampliación, cuya superficie está compuesta de materiales de relleno general.

Ante esta situación, la Autoridad Portuaria de Gijón ha sacado a licitación el asfaltado de una superficie de 23.853,40 metros cuadrados (360 metros de longitud y 65 de anchura) para poder explotarla en condiciones técnicas y de limpieza adecuadas, para lo que se ha estimado un presupuesto de 722.574,07 euros, IVA incluido, con un plazo de ejecución de dos meses por la urgencia de la necesidad de almacenamiento.

La importancia del carbón como elemento clave en la seguridad energética no es algo nuevo. En ese escenario tan convulso resuena ahora el eco de las palabras apuntadas tanto por sindicatos como empresarios en el proceso de cierre de las minas en la provincia de León.

El que fuera presidente de la Cámara de Comercio de León y empresario minero, Manuel Lamelas, siempre mantuvo en ese proceso de cierre la necesidad de apostar por el mineral como un elemento de reserva estratégica para cubrir situaciones de eventual crisis energética. En la actualidad León mantiene reservas de mineral para 150 años.