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Imagen del día del accidente. Peio
El accidente de la Vasco «se pudo evitar», fue una «negligencia»

El accidente de la Vasco «se pudo evitar», fue una «negligencia»

El auto de imputaciones de la juez del Juzgado de Instrucción nº4 de León detalla los graves errores que provocaron el fatídico accidente

A. CUBILLAS

Sábado, 28 de octubre 2017, 11:13

Contundente y sin dejar lugar a dudas. El auto de imputaciones que emitió la juez que instruye el caso por el accidente del pozo Emilio en el que fallecieron seis personas determinó que el siniestro fue “fruto de un negligencia” y, por ende, se “ ... pudo haber evitado”.

Un auto que contradice a las declaraciones de los que fueran responsables de la Hullera Vasco Leonesa que, durante sus declaraciones en sede judicial, reiteraron que el siniestro fue algo “absolutamente imprevisto” y que había un seguimiento en la seguridad en el interior de la Vasco.

Nada más lejos de la realidad, el accidente se pudo haber evitado. Es más, el juez advierte de que los mineros estaban trabajando en condiciones muy peligrosas, sin las adecuadas medidas de seguridad, lo que ponía en grave peligro la vida, la salud y la integridad física.

En este sentido, la juez asegura que fueron “muchos los avisos e indicios de riesgo” que la mina fue dando a diario sin que los 16 imputados los tuvieran en cuenta, como ocurrió el 15 de noviembre cuando por primera fue visible la bóveda que, junto a la sobrecarga del carbón que soportaba, provocó una desgasificación de gas grisú que provocó la muerte de los mineros.

En el auto, se detalla que desde el día 12 de octubre se habían superado “en más de la mitad de la jornada” los límites establecidos de gas metano, registrándose valores “en general” altos durante la semana de explotación del 14 al 18 de octubre, siendo el día 25 cuando se experimenta una subida brusca que sitúa al metano en el 2%.

A ello se suma que el 28, cuando se reanudaron los trabajos, se registró un corte de ventilación que provocó que el metano alcanzará el 3%, hasta que a las 13:24 horas, hora en la que tuvo lugar el fatal accidente, se registró un aumento “brusco” por encima del 5%.

Claves

La juez responsabiliza a los 16 imputados de seis delitos de homicidio con imprudencia grave y ocho de lesiones por imprudencia.

No se paralizaron los trabajos ni se impidió el acceso al tajo pese a que se estaban trabajando en condiciones muy peligrosas, sin las adecuadas medidas de seguridad, poniendo en grave peligro la vida, la salud y la integridad física de los trabajadores

El día del accidente el personal de seguridad no obligó a los mineros a utilizar el autorescatador, lo que provocó la muerte de alguno de los mineros

A las 13.24 horas del día 28 de octubre se registró un aumento “brusco” de metano por encima del 5%

La correcta colocación de los sistemas de ventilación hubieran evitado la privación de oxígeno de los accidente y, en consecuencia, que perdieran el conocimiento en 66 segundos

José Antonio Blanco, Juan Carlos Pérez, Manuel Antonio Moure, Orlando González, Roberto Álvarez y José Luis Arias fallecieron consecuencia de una oxipriva ocasionada por respirar en una atmósfera con una gran cantidad de metano.

Error en la ventilación

El juez hace hincapié en un grave error en el sistema de ventilación que pudo ser la clave para evitar el accidente. La ventilación ni era “suficiente ni la adecuada” a lo que se suma que los electroventiladores ni sus cofres y cables de alimentación se colocaron directamente en la corriente primaria de ventilación sino en un culaton bañado parcialmente por el retorno de la ventilación del taller.

A ello se suma además que cuando el metano alcanzó a los trabajadores se detuvo la ventilación secundaria, prolongando la privación del oxígeno de los accidentados. En este sentido, el juez entiende que su correcta ubicación hubiera evitado el reflujo y renovado el oxígeno en el lugar donde se habían caído los trabajadores en apenas 66 segundos.

Un auto que ratifica el informe de Dirección General de Minas así como las declaraciones de varios testigos en las que se apuntaba directamente a la culpabilidad de la dirección de la Vasca por ser “perfectamente conscientes de que en el macizo séptimo existía una bóveda de tal envergadura que junto a la sobrecarga del carbón que soportaba provocó una desgasificación de grisú que se sumó al gas desplazado del hueco del post-taller”.

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