Borrar
El pozo María Luisa, del que Hunosa dejará de extraer carbón a finales de año, mantiene aún hoy sus niveles normales de producción
El María Luisa, solo en los cantares

El María Luisa, solo en los cantares

La explotación, uno de los buques insignia de la minería española, cierra tras 158 años de historia, quedando en el recuerdo, en la canción que se ha convertido en un himno para el sector | «No sabemos a ciencia cierta cuándo nos marchamos ni con qué destino», lamentan algunos trabajadores

aida collado

Lunes, 19 de diciembre 2016, 18:22

Quizá sea por sus 158 años de historia. Quizá, porque es una de las explotaciones de las que, aún hoy, se extrae más carbón. Puede, quién sabe, que en parte se deba a la canción, la que miles de mineros llevan en la piel como ... marca de nacimiento, la que baja el volumen al discurso de las 'prejubilaciones fáciles', porque pica capas de descreimiento hasta llegar a las vetas más profundas y tristes de la memoria colectiva. El caso es que el Pozo María Luisa, con o sin música, despierta emociones de las que rara vez atienden a la razón.

El caso es que no es un cierre más. No se trata de la desaparición de una mina -¿y ya van?-, se trata del hundimiento de uno de los buques insignia del pasado asturiano. Un gesto, el que lo borra del presente y el futuro de la región, que acerca a velocidad de vértigo el cierre de la minería de carbón. Nicolasa, Santiago y Carrio serán muy pronto los únicos supervivientes de Hunosa. Algo que los mineros que estos días se despiden del María Luisa, cuya actividad cesará con el año y que en 2017 acogerá solo trabajos de mantenimiento, no entienden.

No lo entienden porque, «que sepamos, no hay una alternativa y lo único que pedimos es que mientras se queme carbón en Asturias, que se va a seguir quemando, sea carbón asturiano». No lo entienden tampoco sus madres y abuelas. Las mujeres del carbón que se casaron y parieron mineros, como antes habían hecho sus madres. «Están viviéndolo como si fuesen ellas las que están aquí, con la misma incertidumbre. Les güeles dicen que con esto se acaba todo», lamenta Jairo García.

Un himno vivo de la minería

  • En Galicia, habla de fiesta y la camisa se mancha de vino, no de sangre. En León, se entona desde la fragua de un herrero y como en Asturias, esta canción popular se ha convertido en un himno de la minería. En 1964, Chicho Sánchez Ferlosio titula 'Canción de mineros' su versión. Él se refiere ya al Pozo María Luisa, del que «salieron doce barrenos» y «murieron los barrenistas, ayudantes y rampleros».

  • Más tarde, la letra del 'Santa Bárbara bendita' vuelve a reinterpretarse. En esta ocasión habla de la mina El Tarancón (Moreda) y de once obreros muertos. En sus diferentes versiones -aunque las que se imponen son las del Pozo María Luisa- llega hasta nuestros días.

  • «Las canciones cambian con el tiempo y esta lo hace tan rápidamente que nos permite ver su evolución», explica el musicólogo Ismael González Arias, quien recuerda que «somos herederos de los Beatles, pero también de Nuberu». Este último grupo, por cierto, se la canta a 16 mineros muertos.

Él es de los que, a los 31 años, teme por su futuro. «No sabemos a ciencia cierta cuándo nos marchamos ni con qué destino y nos gustaría saberlo, porque todos los que de aquí a mediados de 2017 no entren en la edad de prejubilación tendrán que ser recolocados», explica. Sabe de lo que habla. Hace poco tiempo que llegó de Sotón, cuando Hunosa dejó de pagar y empezó a cobrar por bajar al pozo, ahora abierto a turistas. Y más que el próximo cambio le preocupan los que están por venir. «Lo importante es tener trabajo, pero hay muchos como yo, en la veintena o la treintena. ¿Qué oportunidades tiene ahora la cuenca? ¿Qué le queda a la gente joven?», se pregunta. Le desvela el horizonte de cierre en 2018 (entonces tendrá 33 años), «porque no hay alternativas». Si las hubiera, reconoce este oficial de segunda de electromecánica, no le importaría «engrasar placas solares hasta la jubilación», pero la realidad, según cree, es que «no hay alternativa viable al carbón».

A pocos miembros de la plantilla del María Luisa se les escapa que «Europa nos pide que cerremos nuestras minas, mientras Alemania las abre» y que el mantenimiento de algunos pozos como «reserva estratégica» permitiría «mantener un equilibrio de precios en el carbón» que se importe.

Futuro incierto

Su discurso coincide con el de Javier Cuetos, de 41 años, que llegó hace cuatro a Ciaño de una subcontrata del Pozo Carrio. Este ayudante de minero de Pola de Laviana tiene cuatro hijos y toda su ascendencia pasó por la mina. «Creo que no midieron el efecto que tendrá este cierre», reflexiona encogido por el futuro de la zona. Además, añade, «¡carbón tienen que seguir sacándolo igual! ¿Por qué no el nuestro?».

Pero el plan de empresa está aplicándose según el calendario y el cierre es una realidad inminente. Una «muy triste», dice Toni Tamargo, de 45 años y con 18 trabajados en el pozo. Para la Cuenca, señala, «es un palo muy duro en cuanto a empleo». Sus críticas apuntan al Gobierno central, que aún no ha convocado la comisión de seguimiento del marco de actuación para la minería del carbón. «El problema no es que cumplan con las prejubilaciones, el problema es que las eléctricas quemen carbón autóctono y den vida a las cuencas», demandó. Tamargo considera que hace falta «un giro político» y un cambio de actitud del ministro: «Soria no fue bueno, pero este tampoco está arrojando luz en la oscuridad», critica.

Al final, a todos les preocupa lo mismo: «Mira en qué manos queda la comarca». Mira, Maruxina, mira.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

leonoticias El María Luisa, solo en los cantares