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Así luce el Pico Correcillas desde Valdepiélago en una imagen de la última semana de enero. Javi Campos
¿Por qué León está viviendo un invierno «tan atípico»?
Calentamiento Global

¿Por qué León está viviendo un invierno «tan atípico»?

Dos meses de cielos cubiertos y nieblas sin que llegue a llover, pocos días de sol y máximas de hasta 19 grados en Villablino representan el cambio de patrón atmosférico que se produce de forma general en España y afecta también a la provincia leonesa

Lunes, 19 de febrero 2024, 08:18

«Por San Blas, la cigüeña verás, y, si no la vieres, año de nieves». El refranero popular atesora una sabiduría que sobrevive a todo lo conocido, y no se equivoca tampoco en lo referente a la metereología.

Este invierno León está muy cerca de alcanzar la temperatura media más alta de su historia, que data de 1953 cuando se registraron 7,3º C. Enero podría haber superado la cifra llegando a los ocho grados, dato que se conocerá en los próximos días.

Han sido dos meses con un clima «atípico» en relación a lo que acostumbra a ver el leonés: días soleados, temperaturas muy bajas y nieve en abundancia en las cotas más altas. Sin embargo, los cielos cubiertos y las temperaturas suaves han marcado el final y comienzo de año, con máximas que en Villablino llegaban a los 19º C.

«Es lógico el tiempo tan atípico que estáis teniendo», confirma José Miguel Viñas, metereólogo de Meteored. «Estamos viendo un patrón que se repite bastante y tiene una serie de consecuencias y, de manera muy evidente, no se puede entender fuera del contexto de calentamiento global», explica. Algo que lo han notado aún más en la temporada invernal de San Isidro y Leitariegos.

Una de las claves para analizar este cambio es la forma de comportarse de la atmósfera. «Se está produciendo un bloqueo o dorsal cálida: situaciones en las que las altas presiones dominan nuestro ámbito geográfico situándose sobre la provincia de León y es muy estático: una vez se ha asentado el anticiclón es difícil que se mueva. Lo nuevo es que cuando se producen los bloqueos, la masa de aire tiene mayor temperatura y los termómetros se disparan hacia arriba», detalla el metereólogo.

Metereólogo

José Miguel Viñas: «No se preveía que pudiera ocurrir ahora, se proyectaba para 2040 o 2050»

Por ello se produce esta «tendencia clara a una suavización de las temperaturas, que no son ni mucho menos como los inviernos de hace 40, 50 años o más», recuerda José Miguel Viñas, que lamenta que actualmente se puede hablar de «episodios de calor en mitad del invierno», algo que reconoce «no se preveía que pudiera ocurrir a estas alturas y se proyectaba para 2040 o 2050».

En invierno hay un factor que no cambia: la insolación. La altura que va alcanzando el sol y las horas de sol. «Hay una tendencia a acumularse aire frío en las zonas bajas por lo que en la meseta, en León capital, se dan temperaturas más bajas que en la montaña», argumenta Viñas sobre los días primaverales que se vivían en Laciana hace unas semanas.

Desde el área de Ecología de la Universidad de León, Iván Prieto investiga la fenología: el estudio de los fenómenos biológicos en relación con el clima, particularmente en los cambios estacionales.

A través de varios experimentos han analizado los cambios de temperatura en León y en Aranjuez, en colaboración con el investigador principal del proyecto, José Ignacio Querejeta.

Las nieblas han marcado el invierno leonés. Campillo

«Lo que vimos es que las plantas de estos ecosistemas, donde llueve menos de 500 milímetros anuales, crecen menos y se produce una mayor mortalidad». Esto deriva de una pérdida de capacidad para fijar CO² atmosférico y transformarlo en azúcares, reduciendo a la vez la eficiencia del uso del agua que hacen las plantas.

Algo que se ha normalizado en la provincia debido a que «las temperaturas medias de los meses de invierno son más suaves», ratica Prieto. La consecuencia directa sobre las plantas es que se adelanta el proceso de floración «lo que provoca que las heladas tardías de abril y mayo perjudican mucho más a las plantas».

Llevado a la agricultura, pude tener un impacto nefasto sobre las cosechas del sector. En Granada muchos almendros ya han florecido y si se vieran afectados próximamente por una helada intensa, echarían a perder las almendras.

«En León se puede dar con los hayedos», reconoce el investigor de la ULE, que avanza que ya existen estudios sobre las afecciones de estos cambios en los hayedos del norte de Burgos y Palencia.

Alerta por sequías

«La principal amenaza es que si persiste este patrón, aunque cambie y lleguen lluvias, las reservas hídricas dejan dos o tres áreas en España obligadas a regular y restringir el consumo de agua a la población», adelanta el metereólogo José Miguel Viñas.

En León, si permanece a largo plazo esta climatología, se podría llegar a vivir lo que ya está pasando en Cataluña y Andalucía: una estación primaveral «bastante crítica con el verano por delante», revela Viñas. Situación que tan solo una primavera «muy lluviosa» podría compensar.

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