Marcus Fazzari en el skatepark de Papalaguinda, tras la entrevista con leonoticias. Sandra Santos

Volver a León y hacerlo 'sobre ruedas'

Miriam regresa a su tierra con su pareja y una idea de negocio que en tres meses ha arrancado con las mejores expectativas posibles | Leonera es la primera y única escuela de skate que existe en la ciudad y que llega para hacer de este deporte un arte urbano diferente

I. Santos

León

Sábado, 14 de enero 2023, 09:18

León siempre tira y aquellos que, por motivos laborales o personales, han tenido que emigrar no se olvidan de donde siguen sus raíces. Y en algunos casos, lo más afortunados, algún día pueden volver y con una idea empresarial que, en apenas tres meses, ya ... es un éxito.

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Este es el caso de Miriam Fernández Bayón quien a principios de octubre hizo las maletas para regresar a casa. «Cuando llevas tanto tiempo fuera empiezas a echar de menos volver a casa y tengo toda mi familia aquí», reconoce la joven, que recuerda que fue de viaje a Barcelona y se acabó quedando durante años.

Por eso, «después de vivir en Barcelona que es una ciudad increíble, pero muy intensa» necesitaba volver a sus raíces y lo hizo acompañada de su pareja, Marcus Fazzari. Un cambio que «sin duda ha sido para bien», asegura la leonesa que reconoce que «llegas aquí y es la calma, es más tranquilo y más familiar teníamos muchas ganas».

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Imagen. Miriam y Marcus, en el skate park, durante la entrevista con leonoticias. Sandra Santos

Potenciar el skate en León

El amor entre ellos y por el skate les unió en Barcelona y también les trajo juntos a León con una idea clara. Marcos quería ampliar la escena del skate leonesa y potenciarla como ocurre en otras ciudades cercanas y cómo ellos vivieron en la ciudad condal. Tras varios viajes a León, Marcus fue «conociendo a los chicos que patinan, que aquí se patina muy muy bien» y notó en falta algo. «Siempre sentimos como que la gente patinaba mucho, pero no había una escena local muy fuerte, eso era lo que faltaba», asegura el skater profesional.

En otros lugares, las propias tiendas «se preocupan por los patinadores y muchos patrocinios al principio se fomentan a través de la tienda de skates que cogen a algún chaval o chavala que patina bien y los conectan con marcas», explica Marcus. De ahí nace la idea de su negocio y sólo es el principio.

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Un paso importante y mucha seguridad

Y con la ilusión de crear su propio negocio, de dedicarse a lo que más les apasiona y de hacerlo en su ciudad se iniciaron en una aventura en la que caminar despacio, pero con fuerza. «Cuando vinimos yo creo que vinimos ya con la idea de que iba a ir bien» asegura Miriam quien recuerda que ambos dejaron sus trabajos en Barcelona por cumplir este sueño.

Nadie en León ofrecía este servicio y «viendo que había tanto allí y que aquí se puede ofrecer porque tenemos skate park y hay buenas zonas para patinar también en la calle» dieron el paso.

Pero lo hicieron con cabeza: «Primero empezamos con talleres gratuitos, porque antes de lanzarnos al vacío, dices espérate que he dejado el curro, me he mudado, y voy a ver qué pasa». Llegaron a León «justo antes de San Froilán» y prepararon para las fiestas la I Jam Froilán de Skate que fue un éxito con «más de 100 personas».

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Una gran oferta

León tiene grandes amantes del skate y también cuenta con una buena infraestructura, pero les faltaba un apoyo externo y desde ahora lo tienen en Miriam y Marcos. Talleres, clases, cursos puntuales y actividades personales que ya han encontrado un grupo de seguidores de todas las edades.

«A raíz de empezar con los talleres, empezamos una cuenta de Instagram unas semanas antes y empezaron a escribir unos padres: 'Oye, que quiero clases para mi hijo', 'que yo quiero para..' y con esto ahora tenemos alumnos desde 3 años hasta los 45 años».

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La satisfacción de enseñar

Lo viven con pasión y así lo transmiten. Salir de la zona de confort para empezar con una nueva idea en una nueva ciudad no es fácil, pero en tres meses han logrado que cada paso sea un impulso más y la buena respuesta de sus alumnos les anima a seguir creciendo.

Un grupo de unas 20 personas que «están súper contentos y al final es lo que te da un poco de satisfacción de que la gente se vaya contenta», aseguran los jóvenes. Marcus reconoce que la mayor alegría es ver «a un alumno que está hace dos meses y que no sabía patinar y ahora ya se puede desenvolver solo en el skatepark».

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Con la ilusión de seguir creciendo y poder contar, algún día, con su propio espacio Miriam y Marcos disfrutan de su trabajo en León con el convencimiento de que la decisión de regresar a casa fue la mejor que podían tomar.

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