Vivir con riesgo de desprendimiento: «Hay que tener cuidado al salir por si se cae algo»

La tranquilidad habitual de los vecinos del edificio situado en la avenida Alcalde Miguel Castaño número 1 se vio interrumpida este pasado lunes 21 de enero cuando cuatro efectivos de los Bomberos de León acudieron a la zona debido al riesgo de desprendimiento de parte de la fachada a causa de un abombamiento de la misma. Aunque bajo la zona afectada ahora se encuentra un andamio instalado que «genera cierta seguridad», el deterioro no solo es visible en el exterior, sino que también preocupa por el estado general del inmueble.

Melo Dushku, vecino del primer piso izquierda y empleado de servicios jurídicos Roblex, relató cómo vivió la situación: «Ayer me sorprendí al ver bomberos y policía; pensé que el problema estaba en el edificio de al lado, porque a simple vista no se apreciaban desperfectos. Sin embargo, esta mañana los obreros nos explicaron la gravedad de la situación. Tuvimos que bajar la persiana de uno de nuestros despachos para evitar riesgos en caso de que se produjeran desprendimientos». Dushku también valoró la rápida respuesta de la administradora de la finca, quien contactó con una empresa para comenzar los trabajos de reparación lo antes posible. «Es un tema delicado de responsabilidad. Al ver que ya se está actuando, la preocupación es menor, pero seguimos atentos», añadió.

Por su parte, Line Dejean, abogada que trabaja en el mismo despacho, señaló que un arquitecto inspeccionó el lugar a la 13:00 de la tarde del miércoles 22 de enero: «Nos informaron de que el andamio permanecerá instalado hasta que se complete la reparación, que podría llevar aproximadamente una semana. Mientras tanto, nos pidieron mantener las persianas cerradas para evitar posibles daños por fragmentos que puedan desprenderse, también nos dijeron que hay que tener cuidado al salir por si se cae algo».

En los pisos superiores, la preocupación de los vecinos se centra en la seguridad de los transeúntes. Victoria, residente del tercer piso, comentó: «Lo único que nos preocupa es que no pille a nadie en la calle. Nos sentimos seguros porque ya se están tomando medidas, pero el arquitecto tendrá que decidir cuánto tiempo llevará todo».

El edificio refleja un deterioro evidente que, según los testimonios, también afecta al interior. Sin embargo, la intervención inmediata y la instalación del andamio han reducido la sensación de inseguridad entre quienes viven y trabajan allí.

Los vecinos confían en que las obras solucionen el problema antes de que se produzcan más contratiempos.

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