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Pedro Duque, durante su visita a León.
La visita de Pedro Duque evidencia el olvido a León y la severa fractura del PSOE leonés

La visita de Pedro Duque evidencia el olvido a León y la severa fractura del PSOE leonés

El alcalde de León rechaza acudir a los actos oficiales programados por el ministro, que nada aporta en su visita a la capital | El consistorio cursa una invitación para una visita oficial que el ministro rechaza por problemas de agenda, pero sí visita la Diputación Provincial

Javier Calvo

León

Viernes, 9 de abril 2021, 08:12

La visita del ministro de Ciencia, Innovación y Universidades a León ha servido en las últimas horas para evidenciar dos aspectos capitales. El 'negociado' de Pedro Duque en el Ejecutivo central poco tiene que aportar a León (nada, en realidad) y su presencia, si ... en algo ha sumado, es a la hora de poner luz y proyección pública a un problema de calado a nivel orgánico: el partido de su Gobierno, a nivel provincial, está profundamente dividido y no hay solución.

Ninguna de estas cuestiones es menor. En la vertiente política, que un ministro haya tenido que acudir a tierras leonesas para dejar al descubierto los problemas de las siglas que sustentan el Gobierno central no es ningún asunto de poca monta. Todo lo contrario.

Duque visitó León y en ninguno de los actos contó con la presencia del alcalde de la ciudad. Y este aspecto sobrepasa lo protocolario. El alcalde, sea del partido que sea, pertenezca a la corriente política que considere, representa a todos los leoneses. Y las instituciones, por mucho que les pese a los políticos, son de los ciudadanos, y no de los partidos.

El PSOE

Que el primero de los leoneses se ausente de un acto institucional de altura transmite una pobre sensación institucional que afecta directamente a los leoneses, a los que se encuentran a pie de calle.

José Antonio Diez no acudió a la cita no porque tenga un interés en afear la representación que le corresponde sino porque vive inmerso en un partido fracturado, dividido, insoportablemente intolerante con su forma de pensar y con un punto vengativo en lo estético.

El PSOE informó al Ayuntamiento pero, como en tantas otras ocasiones, algo falló en el curso de la invitación. No es la primera ocasión en la que el Ayuntamiento, el partido, sus representantes, se mueven en direcciones opuestas, envueltos entre interferencias.

La cita municipal

A esa propuesta respondió Diez con una alternativa: que el ministro se pase por la casa de todos los leoneses durante su jornada en la capital. Y este planteamiento fue rechazado de plano desde el PSOE leonés y desde el propio ministerio.

El infantil juego de los líderes socialistas terminó en una escenografía rocambolesca: el ministro acudió a una empresa del sector farmacéutico, luego a la ULE y más tarde a la Diputación Provincial. A todos los escenarios, menos al que representa a los leoneses, a todos los leoneses, a la ciudad a la que acudía a visitar.

Todo porque el PSOE oficialista entendía como poco apropiada la foto ministerial con el PSOE no oficialista, e incluso 'leonesista'. Importa el partido, no las instituciones y mucho menos lo que éstas suponen.

Visita para nada

El resultado final fue, este jueves, un irónico y esperpéntico retrato de la vida política leonesa en la que sus protagonistas confunden su papel orgánico, con el papel político y éste con el institucional. Los leoneses poco importan, se ha venido a decir.

El segundo aspecto de la visita oficial resulta igualmente deprimente para los leoneses. Cualquier visita, y más la de un ministro de la altura de Pedro Duque, debería llegar acompañada de algo más que globos de colores al aire y un montón de fotografías.

Pedro Duque no vino a nada a León, a la tierra del Ayuntamiento y de la Diputación, a la tierra de los leoneses, no de los partidos que gobiernan las instituciones.

0,0 en estado puro

En una provincia sumida en la despoblación y el desempleo, en la precariedad y el olvido, en un territorio falto de compromisos sólidos y de proyectos en firme, en una provincia en plena reconversión del carbón a la investigación y el desarrollo, el ministro del 'futuro' no puede acudir a esta tierra para decir una única palabra: 'Nada'.

León no se merece visitas de este pelo, esperpénticas, inútiles, chapuceras y descafeinadas (0,0 en estado puro) y sí proyectos e inversiones, certidumbres y futuro, crédito y esperanza.

León no se merece visitas tan inútiles ni a políticos que olvidan cuestiones capitales como que las instituciones son de los ciudadanos, y no el escenario para librar allí estúpidas guerras intestinas que sólo afectan a sus propios partidos (que no a los leoneses).

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