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Los centros de salud serán la primera línea que afronte el coronavirus, pero en esta ocasión, con «vigilancia». El gerente de Atención Primaria José Pedro Fernández-Vázquez ha sido la persona encargada desde que comenzó la crisis de organizar el servicio en los centros ... de salud, y tras «una etapa muy complicada», afrontan ahora también su propia desescalada, no sólo en tensión profesional, sino también en la manera en que se afronta la epidemia.
Tras haber superado el pico de la epidemia y la etapa de transmisión comunitaria, de nuevo se vuelve a una etapa de contención, pero en esta ocasión con la experiencia de la ola devastadora que ha dejado más de 800 fallecidos en León, entre los confirmados por prueba y los fallecidos por síntomas compatibles con la enfermedad, si bien en esta cifra podría haber datos duplicados por ancianos que fueron trasladados al hospital.
Quizá ese fue este el punto flaco al inicio de esta pandemia, la vigilancia de los casos y de sus contactos en la fase embrionaria y por ello, ahora resulta crucial que se haga correctamente, para evitar otro incremento exponencial de los posibles rebrotes que todos los expertos auguran que se producirán.
«Al principio nos faltó capacidad para elaborar pruebas PCR, entonces los contagiados siguieron contagiando, pero ahora, tras un escaneo a los profesionales de la salud y en las residencias de ancianos, tenemos capacidad para realizar de 300 a 500 pruebas moleculares diarias, más los test de anticuerpos», recalca José Pedro Fernández-Vázquez, gerente de Atención Primaria en León, quien afirma que «esas pruebas ya están disponibles para que todos los médicos de los centros de salud la puedan usar en cualquier paciente».
Además de esta detección precoz por prueba, otra de las patas sobre las que se apoya la respuesta al seguimiento de nuevos casos es la estrategia de vigilancia, la «labor detectivesca» de los profesionales sanitarios de la Atención Primaria, que se verá reforzada por la contratación de más personal de enfermería para los centros de salud, según confirma José Pedro. «Ahora que estamos en la fase de contención, hay que tomar medidas para confinar al posible contagiado y realizar un seguimiento de sus contactos, es ahí donde necesitamos mejorar los recursos».
Los médicos de salud decidirán la realización de la prueba a los sospechosos, y en caso de que sea positivo, se aplicará el protocolo de confinamiento del contagiado junto a la averiguación de los contactos que haya podido tener, considerándose contacto «aquel que se haya realizado durante más de 15 minutos, que básicamente se realiza entre familiares y con las personas del trabajo».
Para realizar esta labor, desde la gerencia de Atención Primaria en León, se ha desarrollado un procedimiento de Vigilancia Epidemiológica, nombrando un responsable que trabaja a jornada completa en esta labor y supervisará tanto el seguimiento que se haga desde los ambulatorios, como el registro de toda la información para que se derive a Epidemiología.
Pero la labor fundamental se desarrollará en los centros de salud a través de diferentes responsables de Vigilancia Epidemiológica (denominados como REVE), que van a ser los auténticos «rastreadores» de los casos positivos y sus contactos. Según apuntan desde la gerencia de Atención Primaria en León, a fin de mantener una buena cobertura, son mayoritariamente enfermeros que ya trabajan en dichos centros y se intentará que al menos sean dos por ambulatorio, también para dar cobertura a las ausencias.
Todos ellos serán debidamente formados y serán ellos mismos los que informen al resto de los trabajadores sobre qué hacer con este tipo de pacientes, según explican desde la gerencia. Por ello, se está contratando a unos cerca de 44 enfermeros tanto para suplir vacaciones como para reforzar a estos denominados REVE, evitando sobrecargar su labor habitual. 34 serán contratados en León, y 10 en El Bierzo, según ha confirmado este jueves la consejera de Sanidad Verónica Casado.
Un amplio protocolo que está siendo el más examinado por el Gobierno a la hora de conceder el paso de fase a las provincias. Y es que estos parámetros para valorar las capacidades de detección y respuesta es uno de los tres compendios de criterios que exige el Ministerio de Sanidad, junto a los que valoran la transmisión y la gravedad de la situación (capacidad de UCIs).
El ejemplo que pone el gerente de Atención Primaria para demostrar que el sistema funciona, es el de Matallana de Torío, que, horas antes de pasar a fase 1, registró seis sospechas de contagio. Tras comprobar que tres de ellos residían en León pero tenían tarjeta sanitaria en Matallana, a los otros tres posibles casos se los aisló y se les realizó la prueba PCR, que en menos de 24 horas dio resultado negativo.
Por ello, José Pedro Fernández-Vázquez, gerente de Atención Primaria, cree que próximamente «más zonas avanzaran a la fase 1 porque la cosa está ahora más tranquila y tenemos la capacidad para detectar los nuevos casos».
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