Victoria García, media vida fuera de León: «Echo de menos los nicanores de Boñar y que me entiendan»

Su corazón está en Boñar pero su alma siempre ha sido viajera. Victoria García (León, 1988), nació en la capital, pero pronto la vida la llevó hasta el corazón de la montaña y, de allí, a empezar una vida que, aunque la ha llevado lejos de su tierra natal, la ha hecho valorar más si cabe sus raíces.

Victoria es una de esas jóvenes que como tantos otros vieron a los 18 años, recién terminado el Bachillerato, el momento de tomar la primera decisión que marca el rumbo de una vida: qué carrera estudiar y dónde hacerlo. Siempre tuvo claro que lo suyo era la Química y que, inevitablemente, tendría que salir de la provincia para cursar el grado en alguna universidad donde se ofertara, y eligió Valladolid.

Ese primer verano de la mayoría de edad Victoria tuvo la oportunidad de pasar tres meses fuera de España gracias a una beca para estudiar inglés en algún país anglosajón, y su destino fue Irlanda. De aquella experiencia la única nota negativa, recuerda entre risas, fue el clima. «Me encantó todo y tuve claro desde entonces que quería más». Tras hacer el primer curso de la carrera en Valladolid, y recordando aquel verano en las costas de Irlanda, decidió que era el momento de volver a hacer las maletas y estudiar la carrera fuera de España.

Recalaba así en la ciudad de Galway, atraída por el programa de estudios de su universidad, por el idioma inglés del que siempre fue una apasionada y por la posibilidad de comenzar a conformar un currículum que, en el futuro, le pudiera abrir oportunidades. «En mis planes entraba que al acabar la carrera me iba a volver a España, y pensaba que con el tema del inglés y haber estudiado en una universidad extranjera iba a poder volver y encortar alguna oportunidad laboral», cuenta Victoria por teléfono. Pero corría por entonces la década de 2010 y la crisis se cebaba con los jóvenes, y ni un curriculum como el suyo encontraba hueco en nuestro país.

Volvía entonces a empacar y se mudaba a Holanda para cursar un máster que le abrió las puertas de un trabajo en el que estuvo cuatro años. Cuando terminó esta experiencia laboral, su destino la devolvía a las islas para terminar en Inglaterra, donde años después nos atiende por teléfono.

Victoria vive en Leeds, ciudad al norte de Inglaterra donde ha creado su vida. Gracias a las facilidades que encontró en Reino Unido para emprender, levantó su propia empresa, Bind Ethics, enfocada a la producción de un adhesivo sostenible y que le ha valido diferentes reconocimientos y nominaciones a prestigiosos premios. Compagina ser CEO de esta empresa con la puesta en marcha de otras dos porque, dice, «una vez has montado una, es mucho más fácil seguir emprendiendo y se fomenta mucho que se haga».

Más de media vida viviendo fuera de León da para echar de menos muchas cosas, y para no dejar de sorprenderse por otras. Reconoce entre risas que, hoy por hoy, lo que más extraña son «los nicanores de Boñar y los bizcochos Noel de Lerma en Burgos», pero gracias a nuestra entrevista se ha dado cuenta de que también extraña la sensación de complicidad con los vecinos. «Echo de menos que me entiendan, hablar con la gente y que sepan lo que quiero decir sin más explicaciones. Pedir en un bar un cortado y que sepan lo que es, no como aquí, que hay que pedir todo con pelos y señales y bien explicado haciendo frases completas». Porque no es un tema de lenguaje, sino de que «todo sea más sencillo».

Volviendo a esos primeros momentos en los que se encontraba fuera de León y descubría una nueva cultura, todavía recuerda que lo que más le chocó, «sin duda», fue el clima de Irlanda. Y luego llegarían más cosas. «El hecho de que no tengan persianas, que no comen con servilletas, que no limpian tanto la casa como nosotros... ahora ya nada me choca sinceramente», ríe por teléfono.

¿Se ve volviendo a la tierrina en el futuro? Lo cierto es que Victoria vuelve habitualmente a casa porque le «encanta León», porque es donde están sus amigos, su familia y sus raíces. Pero no se ve regresando definitivamente. «No lo veo por un tema laboral, porque en España o en Boñar veo imposible poder implementar empresas como lo estoy haciendo en Inglaterra o poder hacer lo que hago aquí, allí . No se puede». Aunque no sea una vuelta definitiva, siempre volverá a casa porque un alma viajera, de vez en cuando, necesita su dosis de hogar.

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