Víctor Pinzón, profesor de español para ucranianos en León: «Sus historias son tragedias, te dejan el corazón tocado»

Alumnos y profesores de la Escuela Oficial de Idiomas de León ofrecen de forma altruista clases de español a los refugiados ucranianos que se encuentran en la ciudad. La iniciativa se lleva a cabo desde hace dos semanas y en ella se han involucrado 18 docentes para enseñar a las 65 personas de todas las edades que hasta ahora han solicitado asistir.

Empezaron con dos horas semanales y, a requerimiento de los propios asistentes, ya son cuatro las que reciben con el objetivo de que puedan desenvolverse lo mejor posible mientras residan en España. Víctor Pinzón de la Fuente, profesor de la EOI y miembro del equipo directivo, es uno de los implicados en esta iniciativa en la que, subraya, «toda la comunidad educativa se ha volcado».

Muchos profesores, recuerda, hablan ruso, lo que hace posible «que se puedan comunicar perfectamente con ellos y hacer que se sientan como en casa». La intención, recalca, es que se sientan bien. «Hacemos los que sabemos es un honor poder ayudar», comenta sobre una iniciativa que creen pionera en Castilla y León.

El improvisado alumnado incluye familias enteras con miembros de van desde los cinco a los 78 años. «El abanico es inmenso», afirma y detalla que lo que han aprendido hasta el momento son cosas básicas para saber decir cómo se llama, los números, los colores, las horas y frases útiles para cuestiones del día a día como hacer la compra.

Víctor se muestra encantado de participar en esta iniciativa y reconoce que es una experiencia agridulce, por lo que implican las circunstancias de los asistentes a las clases. «La verdad, es un poco duro; la situación es difícil. Hablo ruso y ellos me cuentan sus historias. Casi prefería que no me las contasen porque son tragedias, pero a ellos les sirve para desahogarse y compartir», comenta.

«Te cuentan que no tienen nada, que se han quedado sin nada. Han venido a España y están esperando. Se encuentran a gusto, pero su situación es muy difícil. Todos esperamos que se acabe ya y puedan volver a su país, que vuelva la esperanza», apunta y añade que «a nivel emocional es bastante difícil, es bastante duro porque ves que tienes enfrente de ti una realidad… vienen las familias enteras, ves eso, lo que está pasando y los tienes delante de ti».

En su reflexión sobre cómo afronta esta vivencia profesional inesperada señala que no deja de afectarle a nivel personal. «Durante la clase soy feliz, porque lo que me gusta es dar clase y enseñar y consigo olvidarme un poco pero enseguida te das cuenta de que estás frente a una cruda realidad social y, por un lado, estoy encantado de poder ayudar, pero me voy para casa con el corazón un poco tocado», concluye.

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