Las víctimas de la renovación de la plaza Mayor de León: «Nos han fastidiado el pan de todo el año»

El corazón de León, la plaza Mayor, siempre bulliciosa y llena de vida se torna ahora relativamente más silenciosa a consecuencia de su proceso de transformación. Las obras que prometen renovar este emblemático espacio han traído consigo una nube de incertidumbre para los comerciantes que viven de la visibilidad y el paso constante de turistas y vecinos. La misma plaza que siempre ha sido un hervidero de transeúntes está ahora marcada por vallas, andamios y el repiqueteo metálico de las máquinas que remodelan la misma. Mientras tanto, sus habitantes más antiguos observan con preocupación cómo esta renovación podría significar unas grandes pérdidas para sus negocios.

Javier Álvarez, comerciante de La Casa del Jamón, en la calle Bermudo III esquina con la Plaza Mayor, lo expresa con una mezcla de frustración y resignación: «Esta claro que los comercios estamos perjudicados». «Afortunadamente, ahora nos ven, pero no sé cómo vamos a aguantar cuando toda la plaza esté cerrada». Con un suspiro, señala hacia el espacio que, a través de las vallas parece parte de una ciudad en ruinas. «No entiendo por qué no utilizan parte de la plaza para seguir con el mercado tradicional, que siempre ha sido nuestro motor», añade. «Nos está afectando todo lo que sea echar a la gente hacia otra zona, ya no van a venir por aquí, incluso la gente que trabaja ahí en los mercados pues también te compraban algo y ahora nada».

Carlos Carrera, encargado de 'Music Centre', se encuentra aún un poco alejado de las obras en la zona que aún no ha sido cercada, pero su tranquilidad es efímera. «De momento no nos afecta, pero cuando las máquinas lleguen cerca de nosotros cambiará la cosa», asegura. «Tenemos un estudio de grabación abajo, no sé qué vamos a hacer cuando lleguen aquí, tendremos que estar 10 o 12 días sin hacer nada y a saber hasta cuándo se va a alargar la obra». Aunque inicialmente se esperaba que los trabajos pudieran estar rematados antes de la Semana Santa Leonesa, los tiempos son claros y la realidad es que no se podrá llegar.

También comparte su preocupación por los bares y locales de la zona: «por las noches no sé, pero en horario comercial se nota mucho». La disminución del tránsito de personas es algo que también ha notado: «Los miércoles y los sábados pasaban por aquí unas 6000 personas, entre peregrinos, turistas y locales, ahora ya no hay esa cantidad de gente y eso nos afecta mucho».

Pero tal vez, el testimonio más sincero sea el de Yasir Assad, quien regenta el Kebab Plaza Mayor. «De momento no nos afecta tanto, pero sé que cuando las obras lleguen aquí, lo vamos a notar. Los locales que están justo enfrente de la plaza han tenido que retirar sus terrazas y eso les ha supuesto una caída de ingresos brutal, imagino que casi un 50%». «Nosotros tenemos 11 o 12 mesas por ahí y, de momento, nos están dejando ponerlas, pero en el futuro, en tres o cuatro meses tenemos que quitarlas todas».

Yasir, al igual que sus compañeros de profesión, teme por lo que está por venir. «La plaza antes era el punto de encuentro, pero ahora, con la mitad cerrada ya no viene la misma gente. Cuando nos toque a nosotros perderemos visibilidad lo cual es fatal para un negocio como el nuestro», dice preocupado ya que sabe que las obras de la plaza, divididas en dos fases, primero una mitad y después la otra, no han afectado a su terraza todavía pero no tardarán en llegar.

El temor al futuro se agrava cuando se mencionan las fechas clave para el comercio local: «Me preocupa la Navidad, que es nuestra época importante y tengo miedo de que las obras se alarguen hasta las fiestas de León que es nuestro momento más fuerte».

Los bares y los pubs de la plaza Mayor, habituales protagonistas del ambiente leonés, sienten ya el impacto de las reformas y la perspectiva de los meses que vienen no es alentadora. Marcos Rodríguez, camarero del bar Nananá, describe el clima de incertidumbre que estas obras han traído consigo, especialmente de cara a las temporadas más intensas. «Lo peor será en invierno, cuando las terrazas dejan de ser tan funcionales por el frío», explica. Y añade que la Navidad y Semana Santa, épocas clave en la hostelería leonesa, ya se vislumbran con problemas: «Toda la decoración navideña, el ambiente… no será lo mismo. La gente no va a querer parar tanto aquí como otros años». Semana Santa, en particular, es uno de los momentos más decisivos del año, y las obras amenazan con arruinar esa temporada que para muchos bares representa una parte esencial de su facturación anual. «Con la Semana Santa a nosotros nos han fastidiado el pan de todo el año porque, al final, cualquiera que sepa cómo funciona un bar o cualquiera que tenga un poco de noción sobre este tema sabe que son 15 días de facturación decisivos y si te pones a contar meses para semana santa… esto no está acabado. Que pueda estar acabada la parte en la que han empezado ahora, puede ser, pero la nuestra ni en broma», asegura preocupado.

Javier Álvaro Muñoz, trabajador en el pub The Harley León, coincide en que el golpe es severo, especialmente entre semana, donde la reducción de clientela es evidente: «Baja el 50% de los beneficios entre semana, sobre todo lunes, martes y miércoles, son días complicados porque antes en la plaza Mayor pasaba mucha gente, y con las luces en la fachada siempre entraban. Ahora, con este telar aquí, no se puede». Para compensar, algunos fines de semana han incorporado eventos especiales como DJ en vivo dentro del bar para intentar mejorar la situación. La terraza ha perdido parte de su atractivo con las obras y, cuando llegue el mal tiempo, temen que la situación empeore aún más.

La incertidumbre es palpable, y la paciencia, limitada. Como dice Marcos: «Todo el mundo aquí va a sufrir el impacto, pero, aunque uno aguante, cada mes que pase será un mes más difícil».

Mientras los operarios y las máquinas siguen su curso y la plaza avanza hacia una nueva imagen, los comercios y los bares luchan por mantener sus negocios a flote, esperando que la renovación no se lleve con ella también el alma de la plaza Mayor.

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