«Tú tranquilo que cuando te haga falta se te dará el dinero más los intereses». Una de las víctimas del 'chiringuito de Caja España' recuerda en la vista oral de este lunes que la acusada les tranquilizaba antes de la inversión asegurando que ... podrían recuperar su dinero y los intereses en cualquier momento.
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La Audiencia de León acoge desde el pasado 3 de febrero el juicio por la estafa piramidal de a trabajadora de Caja España María Consolación S. V., la colaboración necesaria de su marido y los beneficios que obtuvo su hijo.
La nueva sesión del juicio se inicia con una semana de declaraciones de víctimas del 'chiringuito' de Caja España en la que a petición de una de las abogadas representantes no testificarán todos perjudicados y lo hará uno «por familia» y sólo aquellos que tuvieran un contacto directo con la acusada en relación a las inversiones realizadas.
Primos segundos o con menor relación de parentesco son los testigos que en esta ocasión han pasado a declarar. En algunos casos, los perjudicados han reconocido pedir «un crédito de 30.000 euros» y llevar a cabo pagos posteriores porque «mi prima decía que eran unas inversiones muy buenas con un alto interés».
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Una situación de «confianza» que la acusada había creado en el entorno con el que llevaba a cabo la estafa y en el que su familia ha reconocido que «pensaba que tenía un puesto importante en Caja España».
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Unas inversiones con unos beneficios «altísimos» que tendrían los intereses «en pocos meses», pero que estaban reservados para altos cargos de la firma bancaria por lo que la procesada insistía a sus familiares que «era una inversión secreta y que no se lo dijera a nadie», asegura una familiar en las declaraciones.
Los pagos se realizaban siempre en mano, aunque algunos testigos declaran pequeñas transferencias, y los intereses nunca llegaron.
Otra prima lejana recibió la oferta a través de su padre y a pesar de vivir en Madrid llevó a cabo tres entregas junto a su marido. 18.000, 6.000 y 30.000 euros. La perjudicada recuerda en el juicio que «sólo vine a León en la primera entrega y la hicimos en las oficinas de Caja España en el Portillo».
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María Consolación S. V. les recibió en el hall y les llevó «a una zona con sillones y mesa y de todo, estuvimos reunidos y le dimos el dinero». Pero aquella 'transacción' se llevó a cabo en una zona del amplio hall de entrada de las oficinas centrales de la entidad bancaria Caja España en León. Aunque en algunas ocasiones los recibos se retrasaban «nosotros estábamos tranquilos», han manifestado.
Los estafados han coincidido en «la confianza» que les generaba María Consolación y en que ninguno de ellos ha admitido recibir «ningún tipo de interés, ingreso o rescate». La defensa de la principal acusada se ha centrado en esta sesión en preguntar por los «rescates» que la procesada asegura se llevaron a cabo «al lado de la estación de San Francisco».
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Ninguno de los estafados reconoce esas reuniones y aseguran que «no hicimos ninguna retirada de intereses ni de inversión, porque al final el piso se lo compró mi hijo solo», asegura una de las familias afectadas por la estafa piramidal.
La estafa piramidal de Caja España que fue ideada por una trabajadora de este entidad de ahorro, en la que se vieron involucradas 139 personas y más de seis millones de euros, ha llegado este lunes a la Audiencia Provincial de León con una petición de cárcel de casi 10 años para María Consolación S.V. por un delito continuado de estafa y falsedad documental mercantil.
En el banquillo de los acusados también se ha sentado su marido y su hijo. El primero se enfrenta a una pena de un año, 10 meses y 21 de cárcel como cómplice de su mujer. Por último, la Fiscalía entiende que tanto el matrimonio como el Banco Ceiss deberán responder civilmente a la indemnización de los 139 estafados, teniendo que abonar hasta 200.000 euros el hijo de la pareja por lucrarse de los beneficios de la estafa.
Dada su experiencia y situación cercana a altos directivos y el acceso que tenía a los datos, en el año 2002 ideó un sistema para obtener dinero efectivo de parientes y personas allegadas, a las que informaba de determinadas inversiones en productos financieros que estarían reservadas a los altos cargos y que, al alojarse en paraísos fiscales, producían una alta rentabilidad.
A finales de 2011, la situación se hizo insostenible al no poder hacer frente a las peticiones de reembolso de los inversores, que empezaron a realizar reclamaciones a Caja España, lo que motivó una auditoría interna. Las cantidades estafadas ascienden a los 6.412.525,10 euros y el número de perjudicados fue de 139 personas, con cantidades aportadas que superan en algunos casos los 280.000 euros.
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