Mujer con chaqueta de cuero.

El verano de León ya pide 'chaquetina' en sus noches frescas

La provincia vive contrastes térmicos de hasta 20 grados, con máximas que superan los 30 grados y mínimas que bajan hasta los 10

Diego Nicolás Alonso

Viernes, 16 de agosto 2024, 12:48

En León, las marcadas diferencias térmicas entre el día y la noche no son una rareza, sino una característica distintiva de su clima. Durante las horas diurnas, las temperaturas suelen alcanzar máximas que oscilan entre los 30 y 34 grados, ofreciendo un ambiente típicamente veraniego. Sin embargo, al caer la noche, el termómetro desciende drásticamente, registrando mínimas entre los 10 y 15 grados. Esta situación, habitual para los leoneses, obliga a ajustar la vestimenta y los hábitos cotidianos para adaptarse a un clima que en un solo día puede recordar tanto al verano como al otoño.

Publicidad

Este fenómeno no sorprende a los habitantes de León, quienes están acostumbrados a lidiar con estas variaciones extremas de temperatura. A lo largo del día, el calor es intenso, impulsado por un sol implacable y cielos despejados, que hacen que los termómetros se disparen. Las calles de la ciudad se llenan de personas buscando sombra o refugio en lugares con aire acondicionado, mientras que las piscinas y parques acuáticos se convierten en destinos preferidos para quienes buscan alivio.

Sin embargo, cuando el sol se pone, el paisaje térmico cambia radicalmente. El calor acumulado durante el día se disipa rápidamente debido a la ausencia de nubes que retengan el calor. Así, las temperaturas descienden de manera notable, alcanzando mínimos que pueden llegar a ser sorprendentes para quienes no estén familiarizados con este comportamiento climático. En cuestión de horas, los leoneses pasan de soportar un calor veraniego a buscar chaquetas y abrigos ligeros para salir a la calle por la noche.

La rutina de los leoneses se ha adaptado a este ciclo diario de temperaturas. Durante el día, es común ver a la gente con ropa ligera, protegiéndose del sol con sombreros y gafas de sol, y buscando sombra en parques y calles arboladas. En las terrazas de los bares y restaurantes, se sirven bebidas frías y se disfruta de comidas ligeras. Pero a medida que el sol desciende, las terrazas empiezan a vaciarse, y quienes continúan en la calle lo hacen abrigados para evitar el fresco de la noche.

Para los turistas, esta característica del clima de León puede ser toda una sorpresa. Muchos llegan esperando disfrutar de un cálido verano, sin prever la necesidad de una chaqueta para la noche.

Así, mientras el sol brilla durante el día, ofreciendo un verano radiante, la noche en León sigue recordando a todos que, en esta ciudad, es mejor estar siempre preparado para un cambio radical de estación en cuestión de horas.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad