Sin querer atender a la prensa y sin dar opción a réplica. Ni tan siquiera se permitió la entrada de las cámaras de vídeo en un comité ejecutivo provincial que no contó ni con turno de ruegos y preguntas.
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Así es como Javier Santiago Vélez ... ha tratado de cerrar heridas en un Partido Popular de León que de cara a la galería refrendó con aplausos el discurso de su presidente, pero que de puertas hacia dentro se muestra más fracturado que nunca.
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106 miembros del comité acudieron a la cita en la biblioteca de La Virgen del Camino. Poco a poco, los populares fueron accediendo al recinto donde ya esperaba Vélez.
Dentro, tranquilidad y concordia con un discurso en el que el presidente reconoció haber pasado las peores tres semanas de su vida tras salir a la luz los audios que demuestran la afiliación irregular para favorecer su llegada a la Presidencia del PP de León y que promovió el voto a VOX para asegurar su puesto como senador.
También aseveró que contaba con el apoyo del Partido Popular nacional y autonómico, mientras la delegada de la Junta en León, Ester Muñoz, y uno de los procuradores más próximos a Mañueco, Ricardo Gavilanes, llegaban al edificio una vez había concluido la reunión.
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Todas las explicaciones que se comprometió a dar Santiago Vélez serían una vez acabado el comité a aquellos miembros que lo requirieran, aunque nadie optó por esta medida.
Aplausos a la conclusión de un informe que dio paso al nombramiento del nuevo secretario general del PP de León, Jorge Blanco, quien agradecía la confianza del presidente y pedía estar «unidos» en un partido que «está fuerte» y que trabajará «para el objetivo claro de ganar las elecciones en la provincia». Además, Lucía Alonso fue elegida como vicesecretaria de Comunicación, tras la dimisión de Marta Mejías.
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Su ya antecesor en el cargo, David Fernández, que dimitía tras conocer las maniobras que Vélez había llevado a cabo en las primarias y en las Elecciones Generales de 2019, recibía los abrazos y el cariño de sus compañeros de partido, siendo uno de los más buscados a la salida del recinto.
En apenas cinco minutos, Javier Santiago Vélez ha tratado de coser un Partido Popular roto en varias facciones y que ha hecho un ejercicio de unión del que pocos salieron convencidos de un resultado real.
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