Los vecinos de Puente Castro recelan de la macroplanta de renovables y demandan contraprestaciones

Una noticia que ya fue adelantada por leonoticias el pasado viernes y que fue anunciada este pasado lunes a bombo y platillo por el alcalde, José Antonio Diez, y el consejero de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones. Un tanto que se apuntaban ambas administraciones para con la ciudad de León. No es para menos, se trata de una inversión alta, que creará 250 puestos de trabajo en su construcción, apuesta por modelos energéticos renovables -biomasa, biogás renovable, hidrógeno verde y placas solares- y se instala en una zona económicamente depauperada como es el barrio de Puente Castro.

Todo sonaba bien, PP y PSOE de la mano por el futuro de León. Pero hay una parte de la sociedad leonesa a la que le chirría un tanto la iniciativa y prefieren esperar a tener más detalles para acogerla entre sus brazos o repudiarla con dureza. Curiosamente, esa parte de la sociedad es la que componen los vecinos de la zona de Puente Castro, los cuales han escuchado las lisonjas cantadas por Ayuntamiento y Junta, pero no han acabado de creérselas. Un movimiento vecinal creciente se muestra receloso sobre la estructura que se pretende instalar y cómo todo ello repercutirá a la realidad económica y arquitectónica del barrio.

Por ello, un grupo de vecinos ya se están organizando con la intención de crear el 'Colectivo Concejo Abierto', el cual ya actúa de forma oficiosa, pero no ha sido registrado como asociación formalmente. Isidro Ferrero, uno de los impulsores de la agrupación, explica que la idea es crear una suerte de foro «a la antigua usanza», como eran los concejos leoneses de antaño, en el que se decida de forma asamblearia «si se apoya o no» la construcción de la macroplanta de marras.

Por el momento, los vecinos críticos con la propuesta demandan una mayor cantidad de información sobre el proyecto. «Ahora mismo, tal y como está planteada la estructura, ningún vecino de Puente Castro puede estar a favor. Nos están diciendo que van a utilizar nuestras tierras, la joya de la corona, para colocar una planta de biomasa, que mucho o poco va a contaminar, que no vamos a obtener ninguna contrapartida económica y que, además, no se va a construir un ramal que ofrezca una red de calor que abastezca al barrio», señala uno de los impulsores del Concejo Abierto de Puente Castro que prefiere mantener el anonimato.

Los residentes se muestran escépticos por dos cuestiones principales: en primer lugar, consideran que la zona del Soto -las 22 hectáreas donde se ubicará la instalación de producción eléctrica- es propiedad de los vecinos del barrio, aunque la titularidad pertenece al Ayuntamiento; y en segundo lugar, los componentes del Concejo Abierto desconfían de una administración que no les tuvo en cuenta en el pasado a la hora de levantar infraestructuras como el cementerio y la Ciudad Deportiva Puente Castro.

«La única información de la que disponemos son los vídeos y diapositivas que mostró el alcalde. Todo parecía muy bonito, muy positivo para el barrio, pero si se va a hacer en estas tierras queremos un ramal para los pisos de Puente Castro y si se va a hacer un polígono que las empresas del barrio sean beneficiadas», solicita Isidro Ferrero.

La cuestión del ramal se erige como la principal entre las reivindicaciones de los ciudadanos críticos con la construcción de la macroplanta. Los vecinos temen que en caso de que no se realice una vía de desahogo para la planta de biomasa, los camiones acaben circulando por las carreteras del barrio, añadiendo un mayor flujo de tráfico que la zona «no puede asumir». Asimismo, consideran que una inversión tan grande como la presentada debería retomar la construcción del puente que uniría el barrio de la Lastra con Puente Castro y que quedó paralizado tras el descubrimiento de un yacimiento romano en 2007.

La única de las facetas ligadas a la macroplanta de renovables que seduce a los vecinos del barrio leonés es la creación de empleo. En una zona tan golpeada por el desempleo como Puente Castro, los 250 puestos de trabajo que requerirá la construcción de la infraestructura caerían como agua de mayo. Asimismo, el plan proyecta 30 empleos para operarios de mantenimiento y 90 más para la obtención de biomasa. «Si el Ayuntamiento nos garantiza que la iniciativa contempla nuestras exigencias y redunda económicamente para el barrio, nosotros haríamos todo lo posible para apoyar la macroplanta», concluye Ferrero, miembro del futuro Colectivo Concejo Abierto.