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A primera tarde de este miércoles el portal de un inmueble del barrio de Eras de Renueva, una zona netamente residencial en León capital, parecía un 'cromo'.
Un desconocido («Una mujer despechada», según algunos vecinos) había cargado de mensajes los telefonillos del inmueble y los cristales de acceso al hall central de todo el edificio.
Y el mensaje era concluyente:
- «Vecinas, tomen medidas. Aquí hay putas de pago. Se hacen llamar con final feliz».
- «Aquí se ejerce la prostitución».
Los mensajes pillaron «desconcertados» a los vecinos que «ni por asomo» se imaginaban que el inmueble pudiera ser un lugar 'de citas'.
- «Mientras se lo pasen bien», aseguró una vecina con cierto tono de broma minutos antes de que se retiraran las pintadas por los equipos de limpieza de la comunidad.
Pero, ¿son legales los masajes eróticos en edificios de este tipo?
Los expertos en derecho remarcan que «penalmente, salvo que alguien te obligue, es lícito». «Podría llegar a ser un caso de prostitución, de explotación sexual y de trata, sin duda. Pero, si una mujer lo hace de manera voluntaria, no habría ninguna práctica ilícita», aclaran.
Eso sí, otra cosa bien diferente sería que hubiera casos de prostitución, donde sí se podría actuar policialmente en caso de que se provocara un daño a la comunidad o molestias vecinales.
En todo caso, recuerdan las mismas fuentes jurídicas, las masajistas eróticas deberían pagan impuestos por su trabajo, mientras que las prostitutas no tienen regulación.
Entre los vecinos de Eras, mientras, se recuerda que el 'movimiento' de este tipo de pisos en la zona «es el habitual desde hace años». Tiempo atrás, han recordado, se ubicaron en el entorno de la calle Padre Gregorio y más tarde en la calle Las Médulas. En ambos casos los vecinos optaron por situar cámaras de seguridad en el portal para grabar a los posibles 'clientes' y ejercer un efecto disuasorio.
En ambos casos la medida tuvo su efecto y los pisos de alquiler con este tipo de actividad se han desplazado.
«Son una plaga», aseguran algunas vecinas. «Cada uno se gana la vida como puede», dicen otras.
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