La voz del virólogo leonés Estanislao Nistal fue luz en semanas de oscuridad. Cuando el mundo iba a tientas en un escenario propio de una película que, si no fuera por la realidad que nos traían (y nos traen aún) los muertos, sería hasta ... una buena superproducción.
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Las ciencia se impone (no sin esfuerzo en pleno 2020) a la conspiración. Y en esa misión de explicar qué pasaba y pasa, el profesor de Microbiología de la Universidad CEU San Pablo natural de Toral de los Guzmanes puso su voz y sus explicaciones al servicio de un país que trataba de encontrar soluciones.
Ahora, con la segunda ola castigando a la provincia, Estanislao Nistal toma la palabra.
Para el virólogo no es casualidad que estén creciendo los casos y, aunque aún no ha llegado el frío invierno, «es normal que aumenten los coronavirus estacionales al estar más cerca y más juntos en casa». Esto no quita para mantenerse en la evidencia. «Tenemos un problema serio en los hospitales, el punto positivo es que ahora se detectan los casos asintomáticos que antes ni se registraban», señala Nistal, que mantiene que «hay una amenaza en la saturación de las camas UCI y de planta y en las operaciones previstas para este momento, que se están viendo frenadas».
Toca actuar. «Si no hacemos nada no solo no tendremos cinco fallecidos diarios sino que la cifra subirá», defiende el virólogo leonés, al tiempo que destaca que «si suben los casos exponenciales de personas diagnosticadas, a las dos o tres semanas subirán los fallecimientos».
Con respecto a los confinamientos perimetrales, como el que viven León y San Andrés del Rabanedo, Estanislao Nistal apunta a que «tienen que respetarse, saliendo lo menos posible de casa y llevando la mascarilla siempre, si no se respeta lo único que va a lograr es la retención de la extensión del virus al resto de la provincia».
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Para el virólogo leonés no parece tan clave como algunos anuncian la inmunidad de rebaño, de la que «no vamos a estar cerca ni de lejos», asegurando que lo fundamental sigue siendo la concienciación social. «Hay cansancio porque los meses van pasando, los chavales que están en época de salir quieren hacerlo, pero como no quede otra opción puede que toque volver al confinamiento total si los hospitales se saturan. Se dice que es difícil volver a ello, pero si se da esa situación...».
Ahondando en esta cuestión, el experto entiende que una inmunidad de rebaño esterilizante «supondría que por el hecho de haber pasado el virus no lo vas a volver a pasar y además actuas como barrera, pero lo que se está viendo con las reinfecciones, y hay más de las reportadas, es que tú pasas el virus y es probable que durante unos meses no te infectes, pero es posible que vuelvas a enfermar, que es lo que pasa con otros coronavirus».
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La posible buena noticia es que, salvo excepciones, la segunda infección «será más leve que la primera» ya que «esa persona que ya tiene cierta inmunidad no va a producir tanta carga vírica como una que enferma por primera vez». Apoyándose en esta teoría, Estanislao Nistal entiende que, pasado un tiempo, «debería haber menos mortalidad y menos casos de infecciones graves».
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En los últimos tiempos existen voces a favor de hacer cierta vida normal a la vez que se convive con el virus. Estanislao Nistal tiene claro que «parece que este virus se va a quedar con nosotros a no ser que una de las vacunas que prueban sea tan buena que bloquee el virus completamente y solo quede como algo residual».
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Sea como fuere, en la concienciación antes mencionada juega un papel importante la mascarilla. «Puede llegar a ser más efectiva en la prevención de contagios que algunas de las vacunas que se están probando ahora», apunta el virólogo, que señala que «se estima que la vacuna puede reducir hasta en un 80% el riesgo de transmisión, alguna se quedará en el 70% y será buenísima si lo logra en el tiempo».
No obstante, Estanislao Nistal avanza que, «si seguimos a este ritmo de infecciones que estamos teniendo y no controlamos el avance del virus, es probable que en primavera el 50% ya haya tenido el virus».
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Avanza Nistal uno de los posibles temas de batalla en el futuro. «El que se ponga la vacuna tendrá que seguir protegiéndose ya que pasados unos meses tras la vacunación, la cantidad de anticuerpos neutralizantes puede bajar y no protegernos completamente», defiende. De hecho, el experto llama a un cambio en el concepto de las vacunas.
«La del papiloma o el sarampión son esterilizantes, pero la de la gripe lo que te permite es no desarrollar síntomas graves, está probado que reducen el nivel de ingresos hospitalarios y el nivel de mortalidad», explica.
El virólogo leonés apunta a enero como mes en el que podrían comenzar las vacunaciones en países como Estados Unidos, Rusia o Francia llegando la vacunación masiva, «como pronto, en verano u otoño».
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