El proceso de vacunación llega a los más pequeños, los de cinco años, edad más baja para los que está autorizada el suministro de dosis pediátricas. Ana G. Barriada

«Hay que vacunarse porque si no no se pueden quitar los virus»

Los más pequeños, los niños y niñas de cinco años cumplidos, han sido los últimos en sumarse a la campaña de vacunación contra la covid-19, desafiando el frío de la mañana y los nervios del picotazo | «No ha dolido nada», coincidían la mayoría a la salida; aunque a la entrada más de uno tuvo que ser animado por sus padres | «Si nos entra el covid no podemos salir de casa», advertía una de ellas

Martes, 18 de enero 2022, 11:30

Eran los últimos. El tramo de edad más bajo para los que está autorizado el suministro de dosis pediátrica. Muchos llegaban convencidos, contento y reencontrándose con amigos de clase; otros tuvieron que ser animados por sus padres hasta el último instante, y lo peor llegó cuando la vacuna se postró ante ellos.

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Les llegó el turno a los niños y niñas de cinco años cumplidos. El Palacio de Exposiciones de León acogió la última jornada de las previstas para los más pequeños y lo hizo con temperaturas bajo cero, pero una cola rápida y ágil que permitía esperas de menos de cinco minutos.

«¡Queremos entrar ya!», insistía una de estas pequeñas al personal de seguridad, acompañada por su padre y a la que la espera, entre los nervios y la impaciencia, la mantenía inquieta.

¿Por qué se vacunan?

El concepto de por qué tenían que estar ahí lo tenían claro. «Tengo un poco de miedo, pero tenemos que vacunarnos», exponía uno. Teoría que corroboraba su madre. «Lo ha llevado muy mal porque tiene mucho miedo. Pero qué le vamos a hacer, es lo que hay que hacer».

La imagen amable se encontraba al otro lado, en la puerta de salida. Una vez quitado el susto de la aguja, la realidad se daba de bruces con los 'peques'. «Vine a vacunarme y no ha dolido nada la vacuna», aseguraba una de estas niñas de cinco años.

Del temor a la alegría

«Se lo he explicado toda la mañana, que no pasa nada, que no duele, y sabe que es lo que hay que hacer», exponía otra progenitora que acompañaba a su hijo, quien también se sabía la teoría: «Es que si nos entra el covid no podemos salir de casa», afirmaba.

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Centenares de niños han pasado por el Palacio de Exposiciones durante toda la mañana en un ejercicio de responsabilidad de los más pequeños, quienes, a la salida, ya pensaban en otra cosa. «Ahora tengo que ir a clase». «Yo voy a buscar a mi hermano».

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Galería. Familias se dirigen a la cola de vacunación. R.F.

El objetivo de lograr la completa inmunización de la población ya está más cerca y en unas semanas, los mismos valientes tendrán que pasar a por su segunda dosis.

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Y es que ellos tienen clara la misión: lograr que esta pandemia quede como un mal recuerdo de la infancia y que lo antes posible puedan volver a vivir como niños sin preocuparse de nada más.

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