José Rodríguez Losada, en una imagan de la época. Su labor como relojero alcanzó fama internacional.

La vaca perdida y la maravillosa historia del leonés Rodríguez Losada y el reloj de la Puerta del Sol

Las campanas de este reloj creado por el relojero leonés José Rodríguez Losada marcan la entrada en el nuevo año en un brindis cargado de deseos | Su principal cliente fue la Marina pero su fama se extendió por medio mundo

Leonoticias

León

Sábado, 31 de diciembre 2022, 09:13

La maravillosa historia de un leonés ilustre, José Rodríguez Losada, se encuentra asociada al reloj de la Puerta del Sol. Pero sin embargo el conocido 'relojero Losada' fue mucho más lejos del 'simple' hecho de crear el reloj más famoso de toda España.

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Este leonés, ... que nació en 1797 en la pequeña localidad de Iruela, ubicada a 135 kilómetros de la capital y hoy con apenas una veintena de habitantes, tuvo que abandonar su hogar cuando terminó la Guerra de la Independencia.

Entonces su familia tenía vacas y un día, mientras José las cuidaba, perdió una de ellas. Fue su padre quien horrorizado por aquella pérdida, de enorme valor económico, le 'castigó' con una de esas frases lapidarias:

- «O encuentras la vaca o te mato a palos».

El pequeño José Rodríguez Losada logró encontrar al animal, pero para entonces ya había sido pasto de los lobos. Así que, por miedo a la paliza del padre, decidió abandonar el hogar familiar.

El relojero de la Puerta del Sol

El relato pertenece al escritor Emilio Lara, autor de 'El relojero de la Puerta del Sol', y uno de los hombres que con más detalle a recuperado la vida del hoy mítico relojero leonés.

«Después se fue buscando la vida y terminó enrolado como militar del ejército liberal donde se hace un gran liberal y anti absolutista por lo que acabó perseguido por la policía de Fernando VII. Huyendo de esa persecución acabó exiliado en Londres», recuerda el autor del libro.

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En Londres José Rodríguez Losada comenzó a trabajar limpiando como barrendero en una relojería. Y allí, en vez de tirar las piezas que se encontraba por el suelo se las guardaba y con ellas, siendo autodidacta, comenzó a arreglar relojes.

El reloj de la Puerta del Sol, visto desde la puerta de acceso.

Madrid y un reloj como el Big Ben

Rodríguez Losada regalo el reloj a la ciudad de Madrid en 1866 tras descubrir que el que entonces había en la zona no funcionaba bien. «En 1960 se alojó en una pensión que daba a la Puerta del Sol y comprobó que el reloj que medía las horas en la Real Casa de Correos era bastante malo, pensó que el pueblo de Madrid se merecía algo mejor así que decidió fabricar uno similar al Big Ben y regalarlo. Se inauguró con motivo del cumpleaños de Isabel II», asegura Emilio Lara, autor de 'El relojero de la Puerta del Sol'.

Rodríguez Losada murió un 6 de marzo de 1870 en Londres con 69 años. Dejó una gran fortuna de unas 30.000 libras esterlinas que heredaron sus hermanas, sus sobrinos, su médico y sus sirvientes. Y aunque pocos ya le recuerdan, dejó para siempre otra gran herencia en España: un reloj que nunca ha dejado de funcionar y que cada Nochevieja guía con sus campanadas en el cambio de año con una precisión admirable para sus siglo y medio largo de vida.

Uno de los relojeros más reputados de Londres

Cuando el dueño lo descubrió le contrató como aprendiz, y al final, a la muerte de su patrón, acabó casado con la viuda. Terminó siendo uno de los relojeros más reputados de Londres hasta el punto que le llamaron para restaurar el Big Ben cuando se rompió y nadie sabía hacerlo.

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En Londres Rodríguez Losada ganó prestigio. Poco a poco se fue haciendo un nombre como relojero, y como persona. «Era tan buena gente que cuando le contaron que Zorrilla, el dramaturgo, malvivía en Londres se acercó a verle y le pagó las deudas», explica el autor del libro.

De la Marina a la Puerta del Sol

Aunque su principal cliente fue la Marina española, la pieza más conocida por uno de los mejores relojeros de esa época y el único español fue el reloj de la Puerta del Sol, un regalo a su país, que lo sacó de Inglaterra burlando la legislación que daba derecho prioritario a la Armada británica para la adquisición de cualquier instrumento científico o técnico que considerase de interés, o que no quisiera que fuera a parar a otro país.

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Pero su obra no solo es vivible en Madrid. Losada terminó el Big Ben, ya que el autor del proyecto, al fallecer, lo dejó sin terminar y hubo que encargárselo a una persona «competente que lo remate bien» y que «parece ser que fue a Losada al que se le encargó» la culminación del proyecto.

Tres años de trabajos

En la Puerta del Sol fueron necesarios tres años para poner en funcionamiento este reloj, que fue inaugurado el 19 de noviembre de 1866 por la Reina Isabel II con motivo de su cumpleaños y la campana lleva su dedicatoria. El reloj ha sido testigo de una parte de la historia de España, como la proclamación de la República, la Guerra Civil y los bombardeos. En uno de los que un obús llegó a entrar, según dicen, en el edificio por la esfera que da a la calle Carretas, aunque no estalló y permitió que el reloj siguiera funcionando.

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Este 31 de diciembre, siguiendo la tradición, el reloj más emblemático de España volverá a marcar el inicio del año. Y cada una de sus campanadas recordará la maravillosa historia de su creador: el relojero leonés José Rodríguez Losada.

Feliz 157 cumpleaños

El famoso reloj de la Puerta del Sol, obra de José Rodríguez Losada en 1866, cumplirá 157 años y comienza ya la cuenta atrás para que sus manecillas den la bienvenida al año 2023.

Fue una donación de este relojero leonés afincado en Londres para sustituir al anterior, en funcionamiento desde el siglo XVIII, tras el derribo de la iglesia del Buen Suceso de Madrid.

Tres años fueron necesarios para poner en funcionamiento este reloj, que fue inaugurado el 19 de noviembre de 1866 por la Reina Isabel II con motivo de su cumpleaños y la campana lleva su dedicatoria.

El reloj ha sido testigo de una parte de la historia de España, como la proclamación de la República, la Guerra Civil y bombardeos, en uno de los que un obús llegó a entrar, según dicen, en el edificio por la esfera que da a la calle Carretas, aunque no estalló y permitió que el reloj siguiera funcionando.

Se ubica en la Real Casa de Correos, sede actual de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, aunque originariamente albergó la Casa de Correos de ahí el nombre con el que se conoce al edificio. Obra del arquitecto francés Jaime Marquet, es de planta rectangular y en su interior aparecen dos grandes patios.

En su fachada, de piedra blanca y ladrillo, destaca la gran puerta de acceso central, con su balcón y un altorrelieve con el escudo real de Carlos III. La torreta central, coronada por el famoso reloj.

Este reloj centenario se hace protagonista una vez al año en la noche del 31 de diciembre debido a las campanadas que marcan el ritual de las doce uvas que dan la bienvenida al año.

Delante del edificio está marcado en el suelo el Kilómetro 0, desde el que parten todas las carreteras radiales españolas y también la numeración de las calles de Madrid.

El relojero de la Puerta del Sol, Jesús López-Terradas, lo pone a punto cada año para dar las campanadas que contabilizará los 12 segundos antes de las 00 de la noche del 31 para dar paso al año 2023. Fue en 1962 el primer año en el que los españoles pudieron tomarse las uvas viendo en directo, desde TVE, cómo sonaban las campanadas en la Puerta del Sol.

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