Una UTE leonesa rehabilitará la Plaza Mayor en nueve meses y pondrá en valor los arcos

Sin tiempo que perder si se quiere lograr el objetivo de tener una nueva Plaza Mayor antes de abril de 2025, tal y como establecía el pliego de prescripciones técnicas que el Ayuntamiento de León aprobó en el mes de mayo. El reto era que no afectara al normal desarrollo de la Semana Santa.

La UTE formada por las empresas Geoxa, Presa Ibáñez y Oly será la encargada de ejecutar los trabajos que contaban con un presupuesto inicial de 1,9 millones de euros -con cargo al 2% Cultural del Ministerio de Transportes- para rehabilitar la céntrica plaza leonesa.

El contrato para la redacción del proyecto y ejecución de las obras será adjudicada a la unión empresarial que obtuvo la máxima puntuación posible en el concurso donde participaban otras dos promotoras.

Con un estudio de aspectos valorados «muy detallado» y proponiendo medidas de actuación «adecuadas, precisas y bien definidas», además de un plan de trabajo «detallado», la UTE recibirá el encargo de ejecutar las obras en un máximo de nueve meses que incluirán la redacción del proyecto y la actuación en el recinto.

La mesa de contratación valoró la planificación en siete fases de ejecución, desde el centro hacia el exterior de la Plaza Mayor, con propuestas de plazos concretos asignados a cada fase y minimizando las molestias a los ciudadanos, residentes y locales comerciales. También se definen exhaustivamente los medios humanos y materiales, siendo «muy completo» y haciendo «más creíble» la ejecución de las obras en el plazo establecido.

El proyecto presentado por la adjudicataria explica la necesidad de desplazar determinadas celebraciones y la actividad del mercado, así como la interferencia con la actividad de locales, negocios y viviendas o el acceso de vehículos de reparto y la presencia de vehículos.

El contrato recoge la necesidad de iluminación pública adicional durante la ejecución de las obras, que principalmente se desarrollarán en invierno y con menos horas de luz natural.

La oferta económica presentada a la baja -con una importante reducción sobre la licitación- obligará a revisar el contrato antes de su adjudicación final.

La obra consistirá en colocar 4.000 metros cuadrados de granito, sustituyendo a la caliza existente actualmente, en dos tonos: uno más amarillo y otro más oscuro.

Se ha realizado una descripción del estado de los pavimentos de la plaza y se categorizan las patologías en las derivadas de asentamientos del firme y del deterioro superficial del enlosado. Se formula también una propuesta para comprobar estos daños mediante geotécnica, georradar y escáner láser.

La oferta aporta soluciones a los daños superficiales del pavimento y a la impermeabilización de los muros del aparcamiento. Como novedad ha incluido la mejora de la iluminación de la Plaza Mayor basada en proyectores integrados en el pavimento a fin de iluminar y poner en valor el gran valor patrimonial de los alzados de los arcos y pilastras.

La UTE ha presentado soluciones innovadoras que permiten minimizar el impacto sobre el plazo de ejecución y molestias a la ciudadanía, con medidas generales para mantener la accesibilidad y para mejorar el impacto visual.

De acuerdo al plan de trabajo incluido en el pliego de prescripciones técnicas, la empresa adjudicataria deberá realizar en 15 días las catas y el estudio estructural, para redactar en el mes siguiente el proyecto de ejecución que dará lugar a las obras que se ejecutarán durante 7 meses y que en todo caso tendrán que estar finalizadas antes del 30 de marzo de 2025.

Según se desprende de la memoria técnica, la plaza Mayor de León surgió tras un incendio en 1654. Tres años más tarde se iniciaban las obras de la nueva y en 1677 se daban por terminadas, según se deduce de la inscripción de la fachada del Mirador. Pocos años después, en 1695 se produjo otro incendió que exigió nuevas obras en este espacio. «La Plaza Mayor de León se debe fundamentalmente al cántabro Francisco de la Lastra, que dejó aquí una obra sobria, bien compuesta y proporcionada a la escala de la ciudad. Los soportales son de arco sobre pilares de piedra y lleva encima dos plantas de viviendas, la primera unida por balcón corrido y la segunda planta con balcones independientes. Solo en la acera del Mirador se interrumpe esta ordenación, siendo en este lado occidental de la Plaza donde las calles entran abiertas», explican los técnicos municipales en los citados pliegos.

A juicio de la técnico que suscribe la memoria, la Plaza Mayor de León es una de las plazas españolas que mejor conservan su carácter al no haber sufrido modificaciones sustanciales, salvo en el lado oriental (1951), hasta el punto de ser la más representativa de las plazas del siglo XVII aunque no sea la más famosa, por lo que requiere actuaciones que la preserven y la pongan en valor, lo que se conseguirá con la citada intervención.

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