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El Observatorio de Salud y Cambio Climático, una herramienta presentada por el Gobierno, trata de proteger a los ciudadanos de los fenómenos extremos del clima como las olas de calor, que en unos años podría multiplicar por diez el número de muertes anuales.
Un nuevo ... plan en el que las alertas sanitarias ya no se lanzarán por provincias, como hasta ahora, sino que se hacen de una forma más selectiva, por regiones isoclimáticas, es decir, áreas de territorio homogéneas en cuanto al comportamiento de las temperaturas diarias.
En León, han determinado que existen tres regiones isoclimáticas, que corresponden a la Cordillera Cantábrica, al Bierzo y a la Meseta de León, según el informe que ha elaborado el Instituto de Salud Carlos III: Determinación de umbrales de mortalidad por ola de calor según regiones isoclimáticas en España.
Entre estas tres áreas no existen grandes diferencias pero si se pueden observar pequeñas apreciaciones. El estudio fija la temperatura máxima diaria a partir de la que aumenta la mortalidad de forma estadísticamente significativa (temperatura umbral), siendo de 35,6 grados en El Bierzo, 32,2 en la meseta y de 31,6 en la Cordillera Cantábrica.
Para poder hacer este calculo por cada región isoclimática, los autores de este informe han realizado un estudio epidemiológico partiendo de los datos de mortalidad por causas naturales del periodo comprendido entre el 1 de enero de 2013 y el 31 de diciembre de 2018. Y lo han cruzado con las temperaturas máximas diarias de Aemet para establecer a partir de qué punto aumenta significativamente la mortandad.
Otro de los datos que arroja este estudio es el percentil umbral, los días de verano que se supera la temperatura umbral. Mientras que en El Bierzo y la Cordillera Cantábrica solo en el 4% de los días de verano se supera en la meseta está cifra aumenta hasta situarse en el 9%.
Unos datos que propician que la media de mortalidad sea superior en el área de la meseta leonesa con un 8,3 mientras que en El Bierzo es de 3,2 y en la Cordillera Cantábrica es de 2,2.
Este estudio, además de tener en cuenta los datos históricos de temperaturas, también considera otras causas que influyen en la mortalidad a causa del calor extremo.
Estos factores abarcan aspectos socioeconómicos como el nivel de renta pero también las características demográficas de la población y su vulnerabilidad, el carácter rural o urbano de cada lugar, la frecuencia con que están sometidos o no a las olas de calor, las infraestructuras urbanas con la existencia o no de zonas verdes o la calidad de la vivienda, por citar algunos de estos factores locales de influencia.
«Por tanto, carece de lógica que la temperatura a partir de la cual se define una ola de calor desde el punto de vista de la salud se base únicamente en un percentil fijo para todos los lugares de un ámbito geográfico», explica este informe.
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