Los ucranianos en León vuelven a la calle con miedo y pesimismo: «¿Qué más tiene que pasar?»

«Siempre era optimista, pero ahora soy pesimista. No hay solución, no la veo», lamentaba la portavoz de la asociación que engloba a todos los compatriotas de este país europeo en guerra. «Ahora está retierando sus tanques, sus armas y a militares, pero tengo miedo a que sea porque quiera hacer más daño; lo retira para hacer algo más fuerte, no creo que quiera descansar», apuntaba este colectivo sobre las intenciones de Vladimir Putin.

La marcha, que se inició en la glorieta de Guzmán con menos de un centenar de personas, fue ganando peso en un lento caminar que también ha reclamado más ayuda para los ucranianos.

La asociación quiere fletar un nuevo convoy con productos de primera necesidad y necesitan fondos. El objetivo, tras hacer entrega de la mercancía a los residentes en Kiev, es ahora la ciudad de Járkov. La idea es que un camión llegue a la frontera con Ucrania y otro parta desde este ciudad para hacer el intercambio y regresar con la ayuda humanitaria.

Mientras, los refugiados que ya han llegado a León esperan que la guerra acabe pronto y sí mantienen la esperanza. «Quieren marchar para casa y nos dicen que en dos semanas o un mes ojalá se pueden ir», explica Olga Maslovska, quien pide a las ONG que traen a estos refugiados que se pongan en contacto con la asociación para poderles ayudar.

Las palabras de Zelensky en el Congreso tampoco han servido para avivar la llama de la esperanza de los ucranianos residentes en León, y más tras la mascre de ciudades como Bucha. «¿Qué más tiene que pasar para que esto se pare? ¿Hasta qué punto tiene que llegar esta guerra?», se pregunta la portavoz del colectivo.

De la misma forma, Maslovska ha rechazado a aquellos españoles que empiezan a negar la guerra y les invita a acudir a Ucrania y que lo vean con sus propios ojos. «Están matando a personas y violando a niños. Esto nos hace enfadar muchísimo, ¿cómo puede ser falsificado? Sabemos de primera mano lo que está pasando de verdad, eso es horrible y la gente duda».

El mensaje que se ha querido lanzar desde la marcha es un grito de libertad para el pueblo ucraniano, recordando que nunca olvidarán esta invasión y exigiendo medidas drásticas ante el «genocidio» de Bucha. «Esperamos que pronto nuestro país esté como aquí, con este ambiente, con los bares, las tiendas y la gente paseando y los niños jugando», han pedido en una manifestación que ha vuelto a finalizar en San Marcelo con la acogida de cientes de leoneses.