En tuppers de plástico y sin entrar al comedor. Esta la nueva realidad que se vive en el comedor de la Asociación Leonesa de Caridad que cada día sirve desayuno, comida y cena a cerca de 90 personas y que con la pandemia han ... tenido que adaptarse a la nueva situación. Los usuarios del servicio no pueden entrar a las instalaciones, y la comida se les entrega en bolsas de plástico para que la puedan consumirla en la calle.
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La responsable del servicio, Sor Esther Seoane, cuenta que la pandemia les ha puesto «les cosas difíciles» pero han sabido adaptarse a la situación. Mamparas, estores, mascarillas y guantes son las nuevas herramientas con las que trabajan hermanas y monjas para sacar el servicio adelante.
«Estaba todo preparado y pensábamos abrir en el mes de septiembre», explican a Leonoticias, pero la segunda ola y las nuevas medidas impuestas por la Junta han complicado el proceso. La falta de personal voluntario y el aumento en el número de personas que solicitan la ayuda desde el inicio de la pandemia son los dos principales hándicaps a los que se enfrenta la Asociación.
Hermanas y voluntarias se afanan en llenar los tuppers de plástico que contienen el menú del día. Hoy hay patatas con congrio y arroz con pollo y huevo cocido. En las bolsas se incluye además una botella de agua, una pieza de fruta y un yogurt, que los usuarios recogerán en la entrada sin tener que pasar al comedor ni tener contacto con demasiada gente.
Tras un sondeo que han realizado, al 60 por ciento de los solicitantes les gustaría entrar a comer al comedor, ya no solo por escapar del frío, sino también por poder disfrutar de la comida sentados en una mesa y evitando el alto coste de cubiertos y envases de plástico.
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«Desde marzo el número de usuarios ha ido creciendo. Antes acudían entre sesenta y setenta personas, pero ahora nos movemos entre ochenta o noventa servicios diarios, incluso cien», comenta Sor Seoane.
El perfil de los usuarios se mantiene como otros años, siendo alrededor de un 80% hombres y en su mayoría personas sin hogar. A este perfil se suma el de aquellos que han perdido sus pocos trabajos temporales a raíz de la pandemia y que han visto cómo sus ingresos han disminuido exponencialmente.
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Preparando las últimas raciones del día, hermanas y voluntarias de la Asociación Leonesa de Caridad aguardan una mejora de la situación para poder volver, también ellas, a la normalidad.
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