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«Los grandes olvidados». Así definen los trabajadores de la unidad de cuidados paliativos del Hospital Monte San Isidro de León la situación en la que se encuentran familiares y pacientes tras el «desmantelamiento de un servicio de referencia en la provincia» ... . Según explican los sanitarios, desde marzo el servicio se ha visto «arrasado» por la covid, que como un tsunami ha trastocado por completo el trabajo en la planta y cuyos efectos siguen notándose ola tras ola.
Hace prácticamente un año comenzaba la odisea del servicio, cuando los dos controles de cuidados paliativos del Monte San Isidro se adaptaban para acoger pacientes covid. Los usuarios habituales eran derivados a San Juan de Dios y oncología y las 20 camas con su respectivo equipo humano se ponían al servicio de la pandemia. Una situación epidemiológica a la que los profesionales se adaptaron hasta que la presión disminuyó y en junio pudieron volver a recibir a sus pacientes paliativos.
Tras los requerimientos a Sanidad para reordenar de nuevo la atención de paliativos y según la información que maneja el propio personal, el lunes 22 de enero una de las dos alas de paliativos volverá a ofrecer el servicio habitual a los pacientes. Esto supone la vuelta al Monte San Isidro de 10 camas en salas individuales para los enfermos, una noticia que los trabajadores han recibido «con mucha alegría» a la espera de que el número de camas se siga incrementando a medida que la desescalada por el covid se haga efectiva.
Con la llegada de la segunda ola en octubre los profesionales tuvieron «que volver a despedir» a sus pacientes para asumir de nuevo el cuidado de los enfermos covid. En diciembre, y con el descenso de la presión asistencial, los profesionales esperaban retomar su trabajo habitual «pero cuál fue nuestra sorpresa al ver que, en lugar de volver nuestro servicio como hacen en el resto del hospital, ocupan nuestras camas con otra especialidad, en este caso medicina interna, sin darnos ninguna explicación».
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En resumen: a lo largo de la pandemia, la unidad de cuidados paliativos de León apenas ha podido operar dos meses en su casa habitual. Es por ello que los profesiones -6 enfermeras, 7 auxiliares, un médico, un psicólogo y un trabajador social por control- reivindican «el derecho de los pacientes paliativos a disponer de unos cuidados en la última etapa de su vida adecuados a su patología, y solo pedimos que cuando la presión asistencial lo permita puedan tener las camas adjudicadas para ellos que en este momento les están siendo denegadas».
No son pocas las ocasiones en las que enfermos, familiares, profesionales y organizaciones como la Asociación Española contra el Cáncer han reconocido el trabajo de esta unidad. «Teníamos un servicio ejemplar en cuanto a funcionamiento, ubicación y preparación del personal y León se merece un servicio así de especializado», aseguran las enfermeras del área.
Y es que, aunque los profesionales se han adaptado «de la noche a la mañana y sin quejarnos» a la pandemia, creen que «ya es hora de recuperar el servicio porque León lo necesita y no pueden arrasar con é». Un deseo que pasa por dejar que, «mientras la presión lo permita», los pacientes se deriven a las plantas de medicina interna y la primera se recupere para paliativos.
Ese es el objetivo que los profesionales de la unidad persiguen y por el que seguirán luchando para conseguir que un servicio «ejemplar, referente y esencial» regrese a su casa en el Monte San Isidroy los pacientes «especialmente vulnerables» puedan recibir la mejor atención en sus últimos momentos.
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