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Los trabajadores de Renfe salen a la calle para pedir explicaciones sobre el cierre cautelar del centro médico que daba asistencia a más de 300 personas y cuyo cese de actividad está plagado de contradicciones entre la versión de la empresa y la de la ... Junta de Castilla y León.
La actividad del centro, que fue suspendida por no cumplir los requisitos que marcan las autoridades sanitarias de contar con personal propio de Renfe, ha sido «el detonante de una situación que viene arrastrándose desde 2016 o antes».
«La Junta dice que solo con contratar al enfermero el problema se soluciona y el centro reabre, pero eso no coindice con la información que nos dan en Renfe», denunciaba el representante del comité provincial Gerardo Benido, que aseguraba que ya han pedido la documentación para contrastar ambas informaciones aunque «parece que Renfe está sorteando nuestras peticiones como hace con la Junta».
El cierre cautelar de este centro médico, que además de dar asistencia a los más de 300 trabajadores de la empresa en León atendía a pacientes de otras provincias y consultas externas, supone el traslado de la actividad a Valladolid.
«Esto tiene un coste aproximado de 300 euros por trabajador, que hay que multiplicar por los 10 o 15 reconocimientos que se hacían aquí a diario, porque no hay trenes de ida y vuelta y hay que volver a León en taxi», señala Benito, que asegura no entender «por qué aumentan el coste cuando la solución más sencilla sería contratar al enfermero como dice la Junta».
La antigua estación de ferrocarril de la calle Astorga ha sido el escenario donde más de un centenar de trabajadores se han citado para denunciar también la creciente externalización de las cargas de trabajo a empresa privadas, especialmente en los talleres ferroviarios de Material Motor y de Material Remolcado, donde aseguran que «cada vez se adelgaza más la plantilla de Renfe y es un constante goteo de ir perdiendo carga de trabajo».
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El cierre cautelar del centro médico ha sido la gota que ha colmado el vaso para los trabajadores, que denuncian también las promesas incumplidas sobre la estación de tren «que en un principio iba a ser provisional y se quedará para siempre», las líneas de alta velocidad y la falta de trasparencia desde la empresa.
Con el objetivo de tener en sus manos la documentación que explique a qué se debe realmente el cese de actividad, los trabajadores de Renfe en León se concentran para no perder un servicio esencial para el noroeste de España .
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